Un grupo de amigas, todas menores de edad, aprovechaba la recién estrenada “libertad” el 8 de julio de 2020 en el parque de La Marina, tras el primer periodo de confinamiento por el COVID, cuando un joven se les aproximó para pedirles un cigarro. La negativa de las adolescentes no fue muy bien encajada por este varón, un sin techo toxicómano muy conocido en Zamora, quien comenzó a insultarlas.

Si los descalificativos causaron desasosiego entre las menores, el sobresalto fue inevitable cuando el varón, de iniciales D.F.P., apodado “El Popa”, que tenía 33 años en esa fecha, decidió tirar de pantalón y “mostrarles sus partes íntimas”, según relataron las menores y admitió ayer el imputado, que tendrá que añadir 6 meses de prisión a las condenas que le han llevado a Topas por otros delitos menores, como hurtos y altercados.

La magistrada del Juzgado de lo Penal le ha condenado por el delito de “exhibición obscena ante menores de edad” a la pena mínima que contempla el Código Penal, ya que el imputado admitió haber cometido la infracción en su comparecencia por videoconferencia desde la macroprisión, donde se encuentra recluido desde hace varios meses. Reconoció los hechos.

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“El Popa” cumple ya condena por abuso sexual, por tocarle el culo a una mujer en el Puente Nuevo de la capital, delito que le llevó ante la magistrada de lo Penal el pasado 17 de marzo y que reconoció, por lo que la condena se quedó en 6 meses de prisión.

Un sin techo “famoso”

Esta condena por el delito de exhibicionismo obsceno ante menores” mantendrá en Topas durante un buen tiempo al sin techo que alcanzó gran popularidad en octubre de 2020 por entregar a su dueño un móvil de alta gama que había encontrado en un charco. La intachable actitud del joven aquel 23 de octubre, que tuvo hasta recompensa económica, parece más una excepción en la tónica general de su comportamiento. Apodado “El Pope”, por su segundo apellido, es de sobre conocido en ambientes policiales como delincuente común.

Los archivos de la Policía Nacional y los juzgados de Zamora guardan un largo expediente sobre este joven por protagonizar “muchas broncas”, incluso altercados con policías. Y por adueñarse de lo que no es suyo: cometer pequeños hurtos que le permiten mantenerse cuando vive en la calle pidiendo. Es de esos delincuentes que “entran y salen continuamente de la cárcel”, explican fuentes judiciales.