Gonzalo Márquez, director de Comunicación del Área Norte de Coca-Cola, será uno de los participantes de la mesa de expertos que se celebrará en la jornada sobre Economía Circular, Reciclaje y Medio Ambiente organizada por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, patrocinada por Coca-Cola y la Diputación de Zamora con la colaboración de Aquona. Un desayuno informativo que tendrá lugar el próximo 31 de mayo en el Hotel NH Palacio de Duero de 10.00 a 12.00 horas.

—¿Cómo ha evolucionado el compromiso con el planeta de Coca-Cola en estos casi 70 años en España?

—Coca-Cola ha sido siempre una empresa muy cercana a la sociedad y a lo que le importa a las personas y a las comunidades en las que operamos. Hemos ido evolucionando, de forma paralela a la sociedad, al mundo, siempre conscientes de la fuerza tractora de nuestra marca y nuestra empresa. Tenemos claro que queremos ser una empresa competitiva pero sostenible. Estos dos conceptos deben ir siempre ligados. Por eso, en todos los aspectos de nuestra actividad, nos fijamos en el impacto que generamos, en los procesos… Nuestro día a día está asentado sobre las bases de nuestra estrategia de sostenibilidad ‘Avanzamos’.

—¿En qué consiste esa hoja de ruta denominada ‘Avanzamos’?

—La estrategia de sostenibilidad ‘Avanzamos’ de The Coca-Cola Company y Coca-Cola Europacific Partners (CCEP) de forma conjunta para Europa Occidental recoge los compromisos y objetivos de ambas compañías en bebidas, envases y sociedad. 'Avanzamos' es una hoja de ruta del compromiso de la compañía para implementar acciones para construir un mundo más sostenible a través de sus marcas y del negocio.

“En un mundo conectado, lo que haga cada uno tiene efecto sobre el resto”

—¿Cómo puede reducir y reciclar plástico una empresa como Coca-Cola?

—Coca-Cola Europacific Partners Iberia lleva años comprometida con el futuro del planeta, y recientemente ha emprendido un camino que tiene como meta lograr cero emisiones de gases de efecto invernadero en 2040. Para conseguirlo, la compañía se ha marcado los siguientes objetivos: el uso de energías renovables en sus plantas, aumentar la cantidad de plástico PET (Polietileno Tereftalato) reciclado en los envases, minimizar el impacto de sus equipos de frío sustituyendo los equipos antiguos por otros de última generación y por lo tanto más eficientes, sustituyendo los vehículos de reparto propulsados por combustibles fósiles por otros movidos por electricidad, utilizar medios más sostenibles de transporte (uso del tren donde sea posible), y asegurarse de que el 100% de los ingredientes utilizados en la elaboración de bebidas proceda de fuentes sostenibles.

“En un mundo conectado, lo que haga cada uno tiene efecto sobre el resto”

—¿Y cómo inculca Coca-Cola su compromiso ambiental a sus proveedores agrícolas?

—Cada año, Coca‑Cola compra a productores españoles 3,5 millones de kilos de zumo de naranja y 1,1 millones de kilos de zumo de limón para la fabricación de Fanta Naranja y Fanta Limón. Durante 2014, la compañía evaluó la sostenibilidad de algunos proveedores de cítricos para implantar mejoras que permitiesen garantizar el origen sostenible de los ingredientes de Fanta. Analizando indicadores como la huella de carbono, la huella hídrica, la erosión del suelo y la biodiversidad, entre otros, los técnicos determinaron que una fertilización eficiente permitía ahorrar un 23% de emisiones de CO2, mientras que disminuir el consumo de agua reducía 8,8 euros los costes de producción por tonelada de cítricos. Fruto de aquella evaluación nació la Guía Fanta de buenas prácticas sostenibles en el cultivo de cítricos. Dos de sus recomendaciones (reducir el consumo de agua para el riego y el uso de fertilizantes) fueron aplicadas entre 2015 y 2016 como proyecto piloto en dos fincas valencianas. En 2020, gracias a este programa, se consiguieron ahorrar 676 millones de litros de agua.

—¿En 2030 todos sus envases serán de material reciclado?

—En materia de envases la compañía no deja de innovar. Quiere lograr que sus envases PET contengan un 100% de plástico reciclado, rPET, lo que incluye también la inversión en tecnologías de despolimerización. Asimismo, investiga nuevos diseños que tengan un efecto positivo y contribuyan al reciclaje, como la nueva botella con el tapón adherido. Una serie de medidas que buscan acelerar el desarrollo de sus objetivos a largo plazo para convertirse en una empresa cero emisiones.

—¿Qué gestión se hace del agua desde la compañía?

—El agua es esencial para la vida y la gestión de este recurso natural, el más importante para Coca Cola, y clave para los ecosistemas y las comunidades en las que opera, es una prioridad. Con el objetivo de preservarlo y hacer el uso más racional y sostenible posible de este recurso, además de implementar planes de protección de las fuentes de agua en todas sus plantas, y de reducir su consumo a través de distintos proyectos de innovación tecnológica, CCEP trabaja por conseguir la devolución del agua a la naturaleza para compensar su huella hídrica logrando hasta un 149% de devolución en el último año. Coca-Cola devolvió a la naturaleza el equivalente al 149% del agua contenida en las bebidas vendidas en España en 2020. Un dato que aumenta hasta el 163% en las zonas de estrés hídrico de la península.

“En un mundo conectado, lo que haga cada uno tiene efecto sobre el resto”

—¿Qué otras acciones desarrolla Coca-Cola para contribuir a la economía circular?

—Una pata muy importante de nuestra estrategia de sostenibilidad es la de crear redes y generar alianzas que produzcan cambios en nuestros partners y clientes. Desde CCEP impulsamos diversas iniciativas como puede ser Mares Circulares, el programa para la limpieza de costas, entornos acuáticos y fondos marinos, la sensibilización y formación sobre el reciclaje y el fomento de la economía circular, y que cuenta con la colaboración de cientos de entidades y voluntarios. También contamos con Hostelería #PorElClima, una plataforma gratuita que ayuda a los establecimientos a reducir las emisiones y ser más sostenibles y eficientes en su día a día y a la que están adheridos cerca de 2.000 establecimientos ya.

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—¿La pandemia y la posterior crisis económica han condicionado el impulso al desarrollo sostenible?

—Diría que en el caso de Coca Cola nos ha condicionado, pero a mejor; el tiempo que nos tocó estar encerrados nos ha servido para pensar, para reorganizarnos. Creo que ahora somos más eficientes en el uso de los recursos y nos hemos concienciado de la importancia de la economía circular; estamos trabajando en proyectos para impulsar el vidrio, estamos sustituyendo las anillas de plástico en nuestras agrupaciones de latas por cartón o, más recientemente, hemos empezado a utilizar tapones adheridos en nuestras botellas de PET. Creo que todos hemos sido muy conscientes de la realidad del mundo en el que vivimos, en el que está todo conectado. De que lo que hagamos cada persona es importante, porque tiene un efecto sobre el resto. Espero que esto nos haga ser más responsables y más conscientes de nuestro papel individual y su efecto global para garantizar el desarrollo sostenible en el planeta.