El traumatismo craneoencefálico que causó la muerte a un camionero zamorano tras recibir el impacto de un tronco en la cabeza, el 3 de mayo de 2018 en Tábara, cuando manipulaba carga para transportarla podría costar 3 años de prisión al propietario de la empresa, de iniciales J.B.P., así como la inhabilitación por ese mismo periodo para trabajar como gerente, de acuerdo con la petición de la Fiscalía Provincial.
La acusación pública califica los hechos como un delito de homicidio por imprudencia en concurrencia con otro contra los derechos de los trabajadores. La acusación pública estima que se expuso al empleado a “un riesgo grave para su integridad física” que “se materializó en el accidente” que tuvo lugar.
Sin programa de riesgos
El Ministerio Público considera que la empresa del imputado “no identificó y evaluó debidamente el riesgo, ni había elaborado e implantado un procedimiento de trabajo adecuado y seguro”. Además, el escrito de acusación recoge que el procesado “incumplió la obligación que le incumbía de impartir al trabajador las instrucciones oportunas y de proporcionarle una formación e información adecuadas” para impedir el accidente laboral, así como “un procedimiento de trabajo seguro”, lo que fue determinante para que tuviera lugar el siniestro mortal, indicó en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal que debe dictar sentencia.
Las heridas mortales del conductor se produjeron cuando se encontraba en su camión, subido a la segunda plataforma, amarrando la carga con cintas flexibles, momento en el que uno de los troncos se cayó y le golpeó en la cabeza. El trabajador muerto, que tenía 42 años, estaba divorciado, mujer con la que tenía una hija de 21; y, cuando falleció tenía pareja de hecho y dos hijos de 14 años y 9 años de esa relación, para los que se pide una indemnización.
