La Opinión de Zamora

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Sucesos en Zamora

681.635 euros de clientes, a la saca del exdirector ludópata de banca de Tábara

La Fiscalía pide cinco años de cárcel para el exbancario y las acusaciones particulares ocho años por estafa y apropiación indebida

El exdirector de banca durante el juicio celebrado ayer en la Audiencia. LOZ

El vicio del juego se tragó 681.635 euros de las cuentas de ocho ancianos y ancianas entre 2015 y enero de 2020, clientes del Banco Santander en Tábara: “Perdía la cuenta del dinero que me quedé, tenía una tendencia irrefrenable a jugar, dependía exageradamente del juego, perdía en todo: cantidades exageradas en lotería; máquinas, bingo, juegos online...”, explicó ayer el exdirector de la oficina a los magistrados de la Audiencia de Zamora.

Los magistrados zamoranos tendrán que decidir si le condenan a los 5 años de cárcel que exige la Fiscalía por apropiación indebida en concurso medial con el de falsedad documental o a los ocho años que piden las dos acusaciones particulares por delitos de estafa y apropiación indebida.

Los delitos de apropiación indebida y suplantación de las firmas de los titulares de las cuentas, cuyas cartillas de ahorro retenía, reconocidos por el imputado, e iniciales A.R.A., llevan al abogado de la defensa a pedir una condena a 9 meses de prisión y una multa de 270 euros, al solicitar que se apliquen a su cliente la eximente incompleta o la atenuante muy cualificada de actuar llevado por la ludopatía que padece,así como las atenuantes de confesión y de reparación del daño. Por el momento, solo ha devuelto 20.000 euros, el resto del dinero lo ha reintegrado el banco a todos los perjudicados, salvo en dos casos en los que no ha llegado a acuerdo sobre las cantidades que el zamorano se llevó por delante de sus cuentas.

“Hay muchas boletas que no aparecen, como ha confirmado la Guardia Civil, porque la entidad no nos las ha entregado y no se puede justificar” lo que exigen dos hermanos tabareses perjudicados de 88 y 90 años el exempleado de banca defraudó, apuntó su abogado, Luis Felipe Ferrero, que mantuvo la exigencia de indemnizaciones por daños morales, dados los problemas psicológicos que les ha causado esta situación. Una exigencia que la entidad financiera no ve porque “se les ofreció la reposición del dinero de forma inmediata, a los 20 días de conocerse el caso”.

“Hay muchas boletas que no aparecen, como ha confirmado la Guardia Civil, porque la entidad no nos las ha entregado y no se puede justificar”

Luis Felipe Ferrero. - Abogado de dos ancianos de 88 y 90 años.

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El procesado -que paradójicamente trabaja en la actualidad en un “call center para reclamar impagos”- declaró ayer que “no era consciente de nada, vivía en un mundo irreal con pensamientos absurdos”, explicó, lo que, sin embargo, no le impidió “elegir a sus víctimas” cuidadosamente, apuntó uno de los peritos que testificó: “personas mayores”, de entre 78 y 90 años, “con poca formación”.

Precisamente por esa selección de clientes más vulnerables, el perito no dudó en afirmar que la ludopatía mixta que padece el acusado lo implica que su capacidad volutiva, de controlar los impulsos “está afectada en grado moderado, por lo que no afecta su capacidad cognitiva, que está indemne, ni valorativa” a la hora de actuar y ser consciente de las conductas que no son correctas, como extraer el dinero de las cuentas de ahorro de sus clientes con firmas falsificadas. “Si los clientes me mandaban sacar de sus cuentas bancarias 1.000 euros, sacaba 3.000 y me quedaba con el resto”.

“Si los clientes me mandaban sacar de sus cuentas bancarias 1.000 euros, sacaba 3.000 y me quedaba con el resto”

El imputado, A.R.A. - El exdirector de banca imputado por quedarse dinero de los clientes.

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Por tanto, la adicción del acusado afecta a su imputabilidad “en un grado moderado”. El experto detalló que, en este tipo de jugadores, “la capacidad volutiva supera la valorativa y la cognitiva en un momento puntual, sin embargo, en este caso no lo eran, sino que desarrolló esa conducto a lo largo del tiempo, lo que indica que la capacidad cognitiva es superior a la volutiva”.

"La adicción al juego del acusado afecta a su imputabilidad en un grado moderado, la capacidad valorativa y cognitiva sobre sus actos está intacta”

Perito judicial. - Experto en ludopatía.

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Por otro lado, indicó que no se puede precisar cuándo A.R.A. comenzó a padecer ese irrefrenable deseo de jugar, la ludopatía que le llevaba “a vivir fuera de lo real, a tener pensamientos irreales que solo he podido ver con ayuda, en rehabilitación”, como que “debía apostar al 4-40 porque iba a salir” esa combinación.

El otro perito que testificó, responsable de la Asociación de Jugadores Patológicos Rehabilitados de Valladolid en la que el acusado ha seguido tratamiento de forma voluntaria desde hace dos años y medio, tras estallar su caso, manifestó que ha tenido una “evolución satisfactoria desde el punto de vista clínico, ha tenido una disciplina terapéutica y sigue asistiendo a todas las sesiones que se le marcan para rehabilitación".

"Confiábamos en él, parecía un buen chico, firmábamos lo que nos daba"

Uno de los ancianos perjudicados. - Testigo.

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Los seis ancianos que testificaron en el juicio coincidieron en señalar que “parecía era un buen chico”, “como confiábamos en él, yo firmaba como que me daba el dinero de la pensión”, “tenía muy buena relación, mucha amistad” o por eso permitían que sacara dinero de sus cuentas para llevárselo a casa, que no disponían de cartilla, ni les entregaba los movimientos de la cuenta.

Cuando los perjudicados le preguntaban por estas circunstancias, les decía “este banco no es igual que el otro”, en referencia al Popular, en el que llegó a ser el único empleado de la oficina. Algunos de los perjudicados tienen “problemas psiquiátricos y medicación”.

El abogado de los dos ancianos que reclaman daños morales se mostró crítico con la entidad porque “si tienen en una cuenta privada del banco las cantidades sustraídas a mis clientes, no sé por qué no se las ingresan”, al margen de que reclamen los daños morales. “Hay un plus de responsabilidad”, insiste el letrado, “que no se puede atender devolviendo las cantidades porque, sino, a este señor le hemos dado un préstamo gratis, y que el banco debe asumir”.

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