El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, reivindicó este viernes las acciones que ha llevado a cabo en los últimos meses para “evitar por muchos años la corrupción y las irregularidades administrativas” en el Ayuntamiento de la capital. El dirigente de Izquierda Unida remitió un comunicado a los medios, acompañado por varias sentencias favorables a sus intereses, en el que quiso aclarar que él había sufrido el “acoso” por parte de ciertos funcionarios, y no al revés, como habían apuntado los empleados públicos implicados en las distintas polémicas.

Guarido citó inicialmente el caso del interventor municipal, y adjuntó la sentencia del TSJ en la que “se confirma” que este empleado público “no sufrió acoso laboral de ningún tipo”, como tampoco lo padeció el exjefe de Parques y Jardines, Alberto Vega, según la resolución del mismo tribunal emitida unos meses antes. “No ha habido, de ninguna manera, vulneración de sus derechos por las medidas que tomé al ver indicios de corrupción en su labor funcionarial”, resaltó el alcalde de la ciudad, que aclaró que el resultado de la apertura del expediente disciplinario “se verá en el Juzgado de lo Penal”.

Guarido mencionó, por último, la denuncia presentada en el Juzgado de lo Social por el excoordinador de Medio Ambiente, que le acusó de “mobbing y acoso laboral”. “Al jubilarse anticipadamente, se retiró la demanda y no hubo pronunciamiento del juzgado”, como aclaró el líder de IU.

"El acosado soy yo"

Una vez superados todos estos escollos judiciales, el máximo mandatario municipal se mostró tajante: “Estoy en mi derecho de decir que el acosado soy yo”, señaló Guarido, consciente, eso sí, de que “la decisión de abrir expedientes disciplinarios ha sido excepcional durante este periodo”, pero convencido de que “había motivos para ello”.

El alcalde apuntó que sus decisiones en ese sentido le han llevado a “sufrir un gran desgaste en lo personal”, pero justificó su pertinencia y señaló a quienes no actuaron de ese modo a pesar de tener la posibilidad: “Otros pudieron hacerlo, pero no se atrevieron o miraron hacia otro lado”, afirmó Guarido, en referencia a sus antecesores en el puesto.

El dirigente municipal actuó en base a su “propio deber moral”

El alcalde de la ciudad, Francisco Guarido, compartió varias reflexiones en público tras realizar la recopilación de las sentencias: “El deber político es una obligación moral. Algunos, que nunca imaginamos que tendríamos estas responsabilidades por encargo del pueblo de Zamora, pensamos así”, explicó el responsable municipal, que apeló a la necesidad de que los habitantes del municipio “tengan una base para opinar” sobre lo ocurrido.

Por otro lado, Guarido reconoció que la corrupción y las irregularidades administrativas han provocado pérdidas para las arcas municipales, un agujero que el equipo de Gobierno municipal está intentando tapar en los juzgados. Para el alcalde, las sentencias también sirven “para decirle a alguno, por muy alto cargo que sea, que el alcalde ha de ser respetado en sus decisiones”.