La Opinión de Zamora

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Elia Barceló Escritora

CLUB LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA: “Cuando escribo para los jóvenes, intento darles esperanza”

“Después de muchos siglos, por fin las mujeres tenemos ocasión de ver el mundo y describirlo desde nuestra perspectiva”

La escritora Elia Barceló, con su última novela en Zamora. ANA BURRIEZA

Misterio al más puro estilo de Agatha Christie, pero con personajes mucho más perfilados es lo que promete “Muerte en Santa Rita”, la última novela de Elia Barceló, que presentó ayer en el foro del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

–¿Impone ponerse delante de un folio en blanco para escribir una novela con esa legión de seguidores esperando su nueva historia?

–Para nada, me ocurre más bien lo contrario, es decir, me produce una ilusión infinita. Cada vez que empiezo una novela pienso que ojalá me dé tiempo a terminarla y también en cuántas más me quedarán, porque una será la última y eso nunca se sabe. Antes de empezar a escribir una nueva historia me paso como un año con ella en la cabeza, dándole vueltas al relato, cómo comenzar, las escenas que quiero escribir y a dónde quiero llegar. Y cuando empiezo a escribir, es como una liberación, como la olla exprés al pitar.

–¿Qué puede adelantar de “Muerte en Santa Rita”?

–Es una novela que yo he escrito con todo mi amor por el Mediterráneo, después de pasar un confinamiento y mi anterior trabajo, “La noche de plata”, que era una novela negra que sucedía en Viena en invierno, oscura y con crímenes infantiles. Esta es una liberación, una novela luminosa, también negra, pero con colores, con flores y buenas comidas. También hay un muerto, para darle un poco de sal a la historia, como debe ser (risas). Es una novela que uno se puede llevar un fin de semana a la playa para pasarlo bien, escrita para todos los públicos. Quiero que cuando el lector la termine, cierre el libro y piense en un par de cosas que le hayan hecho reflexionar, cómo habría reaccionado él en determinadas situaciones de la historia. En definitiva, es una novela bonita, agradable, entretenida y mucho más ligera que otras mías.

Presentación del último libro de Elia Barceló en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA ANA BURRIEZA

–¿Su estilo podría recordar a las historias de Agatha Christie?

–Sin duda, totalmente. De hecho, hasta el título está puesto así adrede para que recuerde a esta autora. Literariamente no me ha influido, porque los personajes para mí son muy importantes y les concedo mucho peso, mientras que ella los trataba como sellos pegados a una carta, sin ninguna profundidad. Pero le estoy muy agradecida por todos los alegres veranos que me dio leyendo sus novelas cuando era joven. Esta novela sí tiene algo de ella, aunque la historia no pase en Gran Bretaña ni en la clase aristocrática. Pero la trama transcurre en un lugar más o menos cerrado, con un elenco de personajes que podrían perfectamente ser los asesinos, porque a todos les habría venido muy bien. Es una manera de entretener al lector, una novela enigma, que tiene una segunda lectura más profunda, con aspectos para la reflexión.

–¿Qué siente al formar parte de esa denominada trinidad femenina literaria, con Daína Chaviano y Angélica Gorodischer, en el ámbito de la ciencia ficción?

–Me da un poco de vergüenza, porque suena un poco blasfemo, aparte de que la pobre Angélica falleció recientemente y cada vez quedamos menos, como en “Diez negritos”. Pero igual que hice durante mucho tiempo mucha ciencia ficción, también soy escritora de novela negra, psicológica realista, histórica y juvenil. Mojo de muchas salsas.

–¿En alguno de esos géneros se siente más cómoda?

–Yo me enamoro de mis historias y escribo sobre lo que a mí en ese momento me tiene enamorada. Lo que de verdad me gusta es que haya misterios y secretos del pasado y que sean cosas que no pasen todos los días, que no sean tan cotidianas.

Elia Barceló, en Zamora con su último libro. ANA BURRIEZA

–Como lectora, ¿qué tipo de literatura consume?

–Soy completamente omnívora, así que igual leo fantástico clásico que ciencia ficción, negro o histórico e incluso novelas juveniles, para ver qué hacen otros colegas. Cualquier cosa que una personas de mi confianza me aconseje, va a la pila de libros, también compro mucho para ebook o soy capaz de entrar en una librería y coger siete ejemplares más, con lo que la pila se tambalea. Leer es un vicio, es algo insaciable.

–¿Cree en la literatura femenina o no le gusta distinguir por el género de los autores?

–En un buen texto no se debe notar si está escrito por un hombre o por una mujer, igual que un buen actor se puede poner en la piel de quien haga falta. Pero, naturalmente, las mujeres aportamos otra visión del mundo. Durante cientos de años, por no decir milenios, la única visión ha sido a través de los ojos de un hombre. Incluso las grandes protagonistas femeninas de la literatura universal, desde Ana Karenina hasta la Regenta, han sido inventadas por hombres y nosotras nos hemos tenido que creer que las mujeres éramos así. Ahora, por fin, nosotras tenemos la ocasión de ver el mundo y escribirlo desde nuestra perspectiva y eso es muy importante, porque los hombres se tienen que dar cuenta que igual que durante mucho tiempo las mujeres vimos el mundo a través de sus ojos, si ellos empiezan a verlo por los nuestros, a lo mejor se dan cuenta de que, de repente, entienden cosas y nos va mejor a todos.

–Luego nos encontramos con alguna paradoja, como que tres escritores se “escondan” tras un pseudónimo femenino, como ocurrió con Carmen Mola, y se catapulten al éxito.

–Me pareció fatal y además hace poco tuve ocasión de hablar con uno de ellos, Agustín Martínez, y se lo dije. Llevamos decenios tratando de hacernos un hueco en el panorama literario y ahora vienen tres señores que dicen que resulta que ser mujer “mola” y escriben tras el nombre de Carmen Mola. Me parece de tener muy poca vergüenza.

–¿El público juvenil es más exigente, nota mayor presión cuando escribe para ellos?

–Yo prácticamente no hago diferencia cuando escribo para jóvenes o para adultos, salvo en algo muy concreto: a los jóvenes no les gustan los finales abiertos, quieren que te mojes, que te comprometas y se sepa lo que pasa, así que soy buena y trato de darles algo que sé que les va a gustar, incluso cuando no queda tan bien. Además, cuando escribo para ellos trato de darles un poco más de esperanza en la historia, porque me parece muy feo machacarlos a los 16 años.

–¿Es fácil competir con las nuevas tecnologías?

–Tenemos mucha costumbre de pensar que la lectura va a perder la batalla frente a las tecnologías, pero estuve la semana pasada en el Premio H de Cartagena para recoger mi premio por “El efecto Frankenstein”, votado por los mismos alumnos, y te das cuenta de que hay miles de ellos que leen los libros, los analizan y los reflexionan. Hicieron además ellos mismos la gala, desde el montaje hasta el guion, alrededor de la lectura y de los libros. Hay una esperanza enorme, simplemente los profesores con entusiasmo y con pasión tienen que irlos conduciendo en esa dirección. Cuando tienen ese apoyo, los chavales se salen.

–¿Su experiencia como profesora universitaria le ha ayudado?

–He ejercido durante cuarenta años, pero hace cinco, con mis hijos ya independientes y considerando que tenía muchas historias por escribir todavía, preferí irme antes de tiempo y no me he arrepentido ni un solo instante. Han sido décadas trabajando con jóvenes y siempre he tenido muy buena relación con mis alumnos y además es que me interesan las otras generaciones, las mayores y las jóvenes, para que me cuenten cómo ven la vida, sus problemas, qué sienten. Todo eso nos sirve a cualquier escritor. como gran materia prima para nuestras novelas.

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