La Opinión de Zamora

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Macrogranjas y contaminación del agua: una relación que preocupa en Zamora

Greenpeace señala a Santovenia del Esla, con seis explotaciones de porcino, como paradigma del efecto de los nitratos en el agua potable

Concentración contra las macrogranjas celebrada el pasado año en la capital zamorana. Jose Luis Fernández

Los municipios de la provincia en los que se instalan macrogranjas sufren una mayor exposición a los nitratos en el agua que el resto de localidades. Esa es la conclusión a la que ha llegado Greenpeace después de un año de mediciones en aguas subterráneas, superficiales y de consumo en diferentes localidades de todo el territorio. Los resultados, de hecho, no han podido ser más preocupantes. Más de la mitad de las muestras tomadas superan los umbrales de la contaminación. Y, en el caso de los acuíferos bajo tierra, esa estadística se dispara hasta un 70%. Una grave situación, teniendo en cuenta que estas últimas son las reservas para el futuro.

Tras más de un año de mediciones, Greenpeace ha publicado el informe “Amenaza invisible: la contaminación del agua por nitratos”, que recoge los resultados de los análisis efectuados por una red ciudadana de vigilancia en la que han participado las organizaciones Pueblos Vivos Zamora, Plataforma Tierra de Alba y Plataforma Vecinal de Santovenia del Esla. En la provincia, concretamente, se han llevado a cabo 121 mediciones en aguas subterráneas, superficiales e incluso de consumo y la principal conclusión es que, siendo 37,5 miligramos por litro el valor máximo permitido para aguas subterráneas, casi el 54% de las mediciones efectuadas muestran contaminación por nitratos.

No menos preocupantes son los datos respecto al agua de consumo, ya que, con el límite establecido en 50 miligramos por litro, un 10% de las mediciones indican también contaminación por nitratos y casi un 30% alertan de que hay aguas en riesgo de alcanzar niveles que impedirían el consumo humano. En este particular, la organización destaca el caso de Barcial del Barco. “Allí fueron detectados 56 miligramos por litro el 2 de mayo de 2021, lo que llevó al ayuntamiento a declarar que el agua no era apta para el consumo”, apuntan expresamente en el informe publicado en la jornada de ayer.

Carbajales de Alba, Cerecinos de Campos o Pozoantiguo son algunos de los pueblos cuyas aguas han sido analizadas. No obstante, los mayores niveles de nitratos han emergido en localidades en las que ya existen macrogranjas en funcionamiento. Tal es el caso de Santovenia del Esla. Allí, destaca el informe, se llegaron a detectar 55 miligramos por litro en una medición realizada el 15 de febrero de este año 2022. “La última medición oficial aquí se hizo en septiembre de 2018 por parte del Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo y dio una concentración de 29,5 miligramos por litro, por lo que la degradación del acuífero, en gran medida debido a la elevada carga ganadera que alberga, con seis explotaciones intensivas de porcino, ha sido muy rápida”, dicta el documento.

Otros municipios analizados y donde se ha detectado contaminación han sido Pozuelo de Tábara, Moreruela de Tábara, Santa Eulalia de Tábara, Corrales del Vino, San Cebrián de Castro, Losacino o Manzanal del Barco. “La proliferación porcina en Castilla y Léon nos preocupa esencialmente por la contaminación del agua, ya que la cantidad de purines es excesiva y sabemos que no se tratan ni se gestionan adecuadamente. Y sabemos lo que ha pasado en Cataluña. Por eso nuestra lucha se enfocó en frenar esta invasión, por el desarraigo del territorio, y la amenaza de nuestros recursos naturales” ha afirmado Emilia Román, como portavoz de la Plataforma Pueblos Vivos Zamora.

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