El Pleno de la Diputación de Zamora comenzó con limpieza y terminó en el fango, tras un turno de mociones enturbiado por el enfrentamiento infinito que mantienen Francisco José Requejo y Eduardo Folgado durante este mandato. El presidente de la institución estuvo especialmente duro con su rival político, tras verse atacado por el responsable del PSOE en su alocución sobre el ránking de transparencia conocido esta semana.

En la moción presentada por Folgado, aparecían referencias a "la actitud prepotente y soberbia de un presidente al que no le correspondía democráticamente ostentar el cargo en base a los resultados electorales". El líder socialista no leyó esas palabras tal cual, pero el líder de Ciudadanos ya tenía su respuesta preparada: "Es mejor prepotente y soberbio que sumiso, dócil y acomplejado", le espetó el mandatario liberal al representante del PSOE.

"El partido del Pegasus"

En la misma línea, Requejo afiló el colmilló para expresar sus dudas sobre la legitimidad del "partido del Pegasus" para hablar de transparencia, y le recomendó a Folgado que, si tiene la ocasión de hackearle el móvil, vea cómo no hay cuestiones que ocultar: "Tiene un problema de obsesión conmigo, y conozco a un especialista que le puede ayudar", insistió el presidente provincial.

Requejo hizo referencia también a los problemas del equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Fuentesaúco para señalar que "ni los reservas" de la candidatura del PSOE quieren ir con Folgado: "A usted le pagan muy bien con dinero público y lo que debería hacer es trabajar más, aunque conociéndole soy pesimista", remachó el presidente provincial, que le recomendó a su rival que "no tenga la piel tan fina".

Las palabras del presidente de la Diputación llegaron tras el rechazo de la moción y sin posibilidad de réplica, por lo que el portavoz del PSOE utilizó el siguiente turno de palabra para limitarse a mostrar su "solidaridad con las personas que necesitan tratamiento", en referencia a una de las frases pronunciadas por Requejo, que también recalcó que muchas de las expresiones que Folgado entiende como insultos responden a su uso de la ironía.

Una vez cerrado este capítulo, ya en el último ruego de la sesión, la portavoz de Izquierda Unida, Laura Rivera, reclamó que no se pierda el respeto entre los diputados, algo que, a su juicio, había sucedido durante la intervención de Requejo.