El Juzgado de lo Penal acaba de condenar a 18 meses de cárcel y a pagar 679.673 euros en indemnizaciones a vecinos y a la Junta de Castilla y León a los dos hermanos que causaron con su vieja cosechadora el incendio de Lober de Aliste que puso en riesgo a los habitantes y las casas de esa localidad, de Vegalatrave y de Domez de Alba, así como a los conductores de las dos carreteras próximas, que se cortaron al tráfico.
Fue el mayor fuego registrado en la provincia de Zamora y, posiblemente en Castilla y León, en 2020, con una extensión de 34 kilómetros, contó con la intervención de la UME y los servicios de extinción de incendios de la Junta, lo que supuso un coste de 336.146,20 euros, que reclama la Administración autonómica. Los ganaderos y agricultores de los tres municipios sufrieron importantes pérdidas valoradas en 343.526,8 euros, situación que llevaron a la Diputación Provincial a contemplar ayudas.
El siniestro provocado el 15 de agosto por los dos condenados, de iniciales J.A.B.R. y J.C.B.R., por cosechar cuando había alto riesgo de incendios, afectó a explotaciones agrícolas, algunas arrasadas, y ganaderas; a los parajes y montes forestales de las localidades de Domez de Alba, Vegalatrave y Losacio, pertenecientes al término municipal de Gallegos del Río; a la ribera del río Aliste, incluido en la Red Natura, y a sus afluentes; a la fauna salvaje.
Los dos hermanos carecían de medios para poder extinguir las llamas que se propagaron con rapidez y virulencia desde su parcela al terreno forestal, ya que disponían solo de dos extintores que usaron “en la zona de inicio del fuego y debajo de la cosechadora, así como a 15 metros” de la misma sin poder controlar el avance del incendio.
El fuego comenzó hacia las 14.00 horas del 15 de agosto de 2020 cuando los dos imputados trabajaban una finca arrendada de 9.410 metros cuadrados con una cosechadora que iba rozando las piedras del terreno con el patín de la plataforma inferior, que estaba desgastado y en mal estado, según describe la Fiscalía Provincial.
La fricción y los golpes de ese elemento de la máquina contra los numerosos cantos de la finca, situada en el paraje de Lober “El Barracón”, están en el origen del siniestro. Las llamas comenzaron como consecuencia de “las altas temperaturas generadas por el golpeteo o por el desprendimiento de metal incandescente o incluso de chispas”, lo que motivó “la ignición de la paja segada, que hizo de combustible seco al tener una humedad inferior al 7%”, de acuerdo con los hechos probados.
“El incendio se propagó con gran virulencia debido a las condiciones meteorológicas, como la temperatura media de 23 grados, la baja humedad y la velocidad del viento de 3,71 metros por segundo”, de modo que, “el fuego avanzó por el pasto hasta alcanzar la vegetación exterior de la parcela de hojarasca y matorral”.
Las llamas se propagaron con rapidez y con gran ferocidad hacia la zona forestal por la pendiente de la parcela, por “el intenso viento a favor de dicha pendiente y el material combustible disponible”. El incendio alcanzó el nivel 1, y llegó al nivel 2 de gravedad a las 17.00 horas del día 15 hasta que no cesó hasta el 16 de agosto, a las 19.30 y estuvo controlado a las 21.15 horas del día 17. Se dio por extinguido el 20 de agosto a las 20.00 horas.
