El buen ambiente que reinaba entre el grupo de estudiantes que daba la bienvenida a los nuevos alumnos del Campus Viriato con una fiesta en Los Tres Árboles estuvo a punto de terminar en un enfrentamiento grave a causa de la actitud agresiva e inapropiada de un joven de 33 años, empeñado en aguar la celebración.
Mientras increpaba al grupo, especialmente a unas estudiantes, a las que se aproximaba para levantarse la camiseta a la vez que lanzaba frases inapropiadas, se mostraba violento. Los estudiantes decidieron, hacia las 20.00 horas, llamar a la Policía Nacional para evitar un altercado de mayor trascendencia.
Sin embargo, ni la llegada de los agentes logró amainar al varón, que no dudó en dirigir su agresividad contra los funcionarios públicos. El joven, de iniciales D.F.C., terminó detenido y acusado de atentado a la autoridad y de lesiones por el juzgado que investigó lo sucedido en esa fiesta, celebrada en septiembre de 2019.
La fuerza empleada por el intruso para repeler el arresto requirió de la intervención de varios efectivos de la Comisaría de Zamora. Esa violencia provocó diversas lesiones a uno de los policías que intervino para reducir al joven de 33 años, quien tendrá que indemnizar al funcionario con 1.710 euros.
Este agente terminó con lesiones en las cervicales, luxación en un hombro, un esguince y una torcedura. El policía tuvo que ser atendido en el Complejo Asistencial de Zamora, y, aunque recibió el alta médica al poco de haber ingresado en urgencias, tardó 57 días en curarse y tiene secuelas.
El condenado tendrá que cumplir los nueve meses de prisión que la magistrada del Juzgado de lo Penal le ha impuesto, ya que al tener antecedentes penales no fue posible suspender la pena, una posibilidad que permite la ley a cambio de que no delinquir en el tiempo que la jueza estime oportuno.
El acuerdo que alcanzó el abogado de la defensa con la Fiscalía de Zamora evitó que se celebrara la vista oral, ya que el joven procesado admitió haber cometido los dos delitos y se conformó con las penas que solicitaba la fiscal.
El imputado llegó esposado al Juzgado para comparecer en el juicio, procedente de Topas, donde estaba recluido por otro delito. Se trata de un delincuente habitual, conocido de sobre por la policía.
