“Teresa, tú mi guía” es el título del poema elaborado por Carmen Sofía Cabado Alonso, alumna de 6º de Primaria del colegio Divina Providencia de Zamora que ha resultado ganador del Premio Poesía Religiosa Escolar, en el que participan las escuelas católicas de Castilla y León.

Hasta el centro zamorano se desplazaron responsables de la editorial Santillana —promotora del concurso— y de Escuelas Católicas de Castilla y León para entregar el premio a la alumna zamorana en un acto oficial.

Carmen Sofía Cabado, en el colegio Divina Providencia. Cedida

En honor a Santa Teresa de Jesús

“Mujer apasionada, Teresa de Jesús, caminando cantabas al ritmo de la cruz. Con sencillas carretas por senderos bajo el sol, marcabas las siluetas de una nueva fundación”, son los primeros versos que desde el colegio zamorano se crearon en honor y recuerdo de la famosa santa abulense, Teresa de Jesús, que inspiró a la estudiante para elaborar estas rimas, en las que ensalza la labor de la religiosa. “Así crezco en mi vida, Teresa, amiga mía, pues marcho cada día. Tú eres siempre mi guía”, finaliza el poema.

Entrega del premio de poesía religiosa en el colegio Divina Providencia Cedida

Además de los premios que recibió en reconocimiento a su trabajo, tanto su poesía como el resto de galardonadas en otras categorías, se editarán en la web de Escuelas Católicas y podrán ser utilizadas tanto en la elaboración de oraciones como recursos pastorales.

POESÍA GANADORA

“Teresa, tú mi guía”

Mujer apasionada,

Teresa de Jesús,

caminando cantabas

al ritmo de la cruz.

Con sencillas carretas

por senderos bajo el sol,

marcabas las siluetas

de una nueva fundación.

Dolores y pasiones

has tenido que sufrir.

No tenías razones

sino solo en Dios vivir.

Vives en el corazón

la fuente de esperanza,

la alegría del amor.

Tanto cuanto espera alcanza.

Monjitas del convento

de Teresa, mi patrona,

que nos dais tan buen aliento

hacia Dios que nos perdona.

Quiero seguir tus pasos

en silencio y oración,

porque conmigo hay tantos

que no conocen a Dios.

Te quiero dar las gracias

por guiarme hacia Jesús,

al verlos en mis mañanas,

en mis tardes ya sin luz.

Así crezco en mi vida,

Teresa, amiga mía,

pues marcho cada día.

Tú eres siempre mi guía.