El presidente de la Diputación Provincial, Francisco José Requejo, ha aprovechado su viaje a Cuba para desempolvar una idea que parecía haber quedado relegada definitivamente tras una espera de más de quince años: la creación de un Museo de la Memoria de la Emigración de Castilla y León con sede en Zamora. El dirigente liberal anunció desde La Habana su interés por “retomar el proyecto” y por ofrecer un impulso a este plan cuyo germen se remonta al menos hasta 2007, cuando los responsables del centro asociado de la UNED advirtieron de la pertinencia de contar con un espacio para “procesar y dar forma a los miles de documentos escritos, fotográficos y audiovisuales” reunidos a través de la convocatoria de premios relacionados con el éxodo hacia las Américas.

Precisamente, el entonces director de la UNED en Zamora, Juan Andrés Blanco, fue una de las personas presentes durante el anuncio realizado por Requejo en la sede de la Agrupación de Sociedades Castellanas y Leonesas en La Habana. El presidente provincial recordó que el proyecto estuvo en la agenda del expresidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, pero advirtió de su paralización a raíz de la crisis económica iniciada en 2008.

La presión de Juan Andrés Blanco

El exmandatario autonómico habló en su día de la creación de este archivo o museo sin concretar su ubicación, aunque ya entonces Zamora hizo presión a través de Juan Andrés Blanco para hacerse con este recurso: “Las primeras iniciativas partieron de aquí y existe una especial sensibilidad con este tema, además de muchas personas que llevan años empujando para que salgan adelante numerosas iniciativas”, reflexionó entonces el exdirector del centro asociado de la UNED, que tildó de “lógico” que la ciudad se convirtiera en el hogar de este espacio.

En ese momento, se planteó la opción de utilizar el Antiguo Palacio de la Diputación como sede de este recinto visitable, aunque el frenazo a la iniciativa detuvo los avances sobre la propuesta de ubicación. Requejo tampoco aclaró qué lugar estima adecuado para el nuevo museo de la emigración, pero sí puntualizó “el compromiso de cesión de un espacio que albergaría las instalaciones”.

Esa es la propuesta que realiza la institución provincial, aunque más allá de la sede las miradas se dirigen la hacia el Gobierno autonómico: “A la Junta de Castilla y León se le solicitaría que se encargara de la gestión y el mantenimiento”, advirtió Requejo.

Pendientes de la Junta

A la espera de ver cuál es la respuesta del nuevo Gobierno autonómico, pendiente aún de su formación definitiva y de la investidura de Alfonso Fernández Mañueco, Requejo quiso defender la creación de este museo en Zamora: “Es fundamental realizar el trabajo necesario para la recuperación y el mantenimiento de la memoria individual y colectiva de los emigrantes”, señaló el representante de la institución provincial.

En esa línea, Requejo apuntó que “los testimonios personales son imprescindibles para la conservación de esa memoria común y para el conocimiento de pasado reciente”. La tarea de recopilación de todo ese material no habría sido posible sin la participación del centro asociado de la UNED y sin los premios creados para estimular las aportaciones de documentos.

Según destacó la propia Diputación, esos galardones están permitiendo la composición de “un importante acervo documental, en el que es fundamental la participación de los emigrantes y sus familias, así como de las numerosas asociaciones fundadas en los diferentes países y regiones de acogida”. En ese marco, Cuba destaca como uno de los destinos más destacados en el pasado siglo XX.