La Opinión de Zamora

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Entrevista exclusiva de LA OPINIÓN-EL CORREO con el presidente de CEOE
Antonio Garamendi Presidente de CEOE

“Limitar los despidos es una deslealtad al Diálogo Social y a los acuerdos alcanzados”

“Las empresas tienen ayudas, subvenciones... hay muchas medidas, no hay que centrarlo todo en la discriminación fiscal, hay más opciones”

Antonio Garamendi, en un momento de la entrevista. Emilio Fraile

Antonio Garamendi nació en Getxo (Vizcaya) en 1958. Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, se dedicó desde joven al mundo de la empresa en una triple vertiente: negocios familiares, proyectos iniciados por él mismo y presencia en los consejos de administración de algunas grandes empresas. Ha ocupado cargos de responsabilidad en Handyman, Albura SA o Red Eléctrica de España, entre otros. En la actualidad, su actividad empresarial se centra en los sectores del metal, construcción, inmobiliario, seguros y hostelería. Garamendi es, desde 2018, presidente de la Confederación de Empresarios de España, CEOE, cargo que ocupó en sustitución de Juan Rosell. Es este último cargo el que le da la máxima relevancia pública. Garamendi es el principal interlocutor empresarial del Gobierno cuando se trata de negociar cuestiones que afectan a las relaciones entre empresa y trabajadores, así como medidas que afecten al funcionamiento de las sociedades. Su participación, en nombre del sector empresarial, en la última reforma laboral ha sido su última gran aportación a la legislación laboral española. Garamendi atendió a este diario con motivo de su visita a Zamora el pasado martes, cuando mantuvo un encuentro con empresarios de la provincia.

–¿Qué mensaje le han hecho llegar los empresarios zamoranos? ¿Qué impresión se lleva tras su visita a la provincia?

–Me llevo la mejor de las impresiones del trabajo que se hace aquí y de los empresarios de Zamora. Tienen problemas, como los del resto del país. Aquí hay algunos especiales de esta zona, como la falta de dinamismo económico o la despoblación.

–¿Qué les ha trasladado?

–Pues una visión de la situación actual, de lo que está pasando. Estamos todavía saliendo del COVID, aunque los efectos de la pandemia aún se notan en las empresas. Poco a poco vamos mejorando en este sentido. Pero a la vez nos ha venido un momento inflacionista que se ha visto agravado por la situación de Ucrania, situación que por supuesto rechazamos y que hemos condenado, porque siempre estaremos con la libertad y con la soberanía del pueblo de Ucrania contra la masacre. Esto nos deja un momento muy delicado que esperamos que pase pronto. También les he comentado las medidas que se toman en el plano europeo.

–¿Qué perspectivas de futuro maneja la CEOE?

–Si hablamos del futuro no nos queda otra que ser optimistas. El mensaje que lanzamos es que los empresarios somos capaces de valernos por nosotros mismos. Si algo hacen las empresas, es adaptarse a todas las situaciones. Esperamos que la situación que estamos viviendo pase rápido y que haya una mejoría, algo que pasa por la paz en Ucrania. Pero, mientras llega, es cierto que estamos en plena crisis y que nos tendremos que adaptar a la situación que se vive.

Ligar los salarios al coste de la vida puede llevarnos a la estanflación

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–Seguro que su conversación con los empresarios de Zamora le ha permitido conocer más en profundidad la situación de la provincia de Zamora, que se enfrenta a unas dificultades añadidas con respecto al resto del país.

–Sí, en muchos casos es similar a la de España, aunque lógicamente Zamora tiene sus condicionantes. Lo primero es una falta de crecimiento poblacional, más bien decrecimiento. Se ha perdido un 16% de población desde el año 2000 y la cifra se ha reducido prácticamente a la mitad en los últimos cincuenta años. Esto es un problema especial que requiere de medidas especiales.

–Se trata de una economía compuesta fundamentalmente por pequeñas empresas.

–Sí. Comercio, hostelería, servicios, campo… En estos sectores influye mucho la situación actual.

–¿A dónde debemos mirar para buscar soluciones?

–Hay que tener en cuenta el papel de los fondos europeos y de los fondos Feder. Hay una parte destinada a la digitalización, la cohesión social, y va a haber partidas importantes en este sentido. Zamora, Castilla y León y España van a poder aprovechar fondos que llegan dentro de lo que llamamos España despoblada. De hecho, tenemos una primera reunión con la vicepresidenta tercera del Gobierno para tratar estos asuntos y formará parte de la mesa Santiago Aparicio, presidente de los empresarios de Castilla y León. Esta comunidad va a tener mucho que decir desde el punto de vista del diálogo social.

–Hay voces que dicen que los fondos europeos, que estaban pensados para un destino tras el paso de la pandemia, podrían ir destinados a otras cuestiones, quizás, más urgentes. ¿Está de acuerdo?

–Los fondos europeos llevan su destino, están tasados, aprobados por Europa y son lo que son. Puede haber otros planteamientos, pero será dinero que vaya a formación o a digitalización de las empresas. Ahora el Gobierno ha planteado otras medidas y habla de ciberseguridad, y eso se financiará con los fondos europeos. Yo creo que lo importante es que se ejecuten bien, que se gestionen de forma ordenada y rápida, porque cuanto antes se haga mayor será el impacto en la economía y antes se notarán las mejoras que se prevén.

Antonio Garamendi.

Antonio Garamendi. Emilio Fraile

–Hay empresarios en Zamora que dicen que estos fondos representan el último tren al que puede subirse la provincia. ¿Coincide o le parece una afirmación demasiado drástica?

–Los fondos europeos están destinados a un cambio de paradigma de la economía, a una transformación de fondo. No es tanto decir “mándame dinero” como proponer en qué cambiamos para usar ese dinero. Cómo cambiamos las cosas. Digitalización, sostenibilidad, cohesión del territorio e igualdad. Ahí irán destinados. No sé si son el último tren al que puede subirse Zamora, pero sí son un tren importantísimo que hay que aprovechar. Zamora va a tener grandes posibilidades en este sentido, las tendrán sus empresas e instituciones.

Una parte importante del dinero irá a infraestructuras públicas y aquí hay que decir que lo que no queremos es otro “Plan E”. Deben ser inversiones que cambien el panorama. Deben crearse infraestructuras que después aprovechen las empresas, y estas pueden ser infraestructuras físicas o digitales para que la economía fluya.

–Inversión productiva, en definitiva.

–Correcto. Es fundamental, pero sobre todo en la parte pública. Hay que invertir en la línea de los conceptos que marca Europa. Estas deben ser unas inversiones potentes que cambien el paso de la economía de Zamora.

–Siguiendo con Europa, hace dos semanas la Comisión Europea declaró a Zamora “zona c no predeterminada”. Se trata de un paso importante para la provincia, que abre la puerta a que España pueda subvencionar parte de la inversión que hagan las empresas en la provincia. Es, para muchos empresarios, una puerta a la esperanza. ¿Concide?

–Son decisiones europeas y todo lo que venga de Europa en este sentido será muy bien recibido por los empresarios. Es bueno para las empresas y para la provincia.

–¿Es usted partidario de acometer una discriminación fiscal positiva para provincias en dificultades económicas, como la nuestra?

–Yo ahí estoy con la ley, con lo que marque Europa. Hay que trabajar en la línea de lo que marque la legalidad. Si Europa ha aprobado esta medida, será bien recibida.

–¿Pero no cree que las provincias que están perdiendo el tren del desarrollo merecen un empujón fiscal para no quedarse atrás?

–Pero para eso hay subvenciones, ayudas, inversiones. Hay muchos espacios en los que jugar. No hay que centrarse en una medida, hay muchas que permiten poner a un territorio en el sitio que merece estar y cambiar la situación.

–Mencionaba antes el diálogo social. Las negociaciones se antojan complicadas teniendo en cuenta la situación actual. ¿Cuál es su planteamiento?

–Hablo a nivel nacional. Estamos trabajando en el Acuerdo Nacional de Convenios. Nosotros pensamos, en la línea de lo que opinan instituciones como el Banco de España, que hay que tener mucho cuidado con indexar la inflación a los salarios, porque lo que haríamos sería conseguir que la inflación se convirtiera en estructural. Esto dejaría un grave problema de competitividad para las empresas. Ahora estamos en un año en el que debe haber moderación, tranquilidad. Nosotros queremos un acuerdo para dos o tres años, creemos que es lo que hay que hacer, dentro de la prudencia más absoluta. Las empresas soportan una inflación de costes que no pueden trasladar al mercado.

–Esta contención de la que habla lastra la capacidad de compra de los trabajadores con una inflación que ronda el diez por ciento.

–Es que de lo contrario lo que cerraría son las empresas.

–¿No cerrarían igual si la gente no puede comprar los productos que producen?

–Es que si a mí me suben los costes de todo tipo, costes de transporte, de logística, energía… Si me suben más costes tendré que cerrar la empresa porque no puedo trasladarlos al exterior.

–¿Qué valoración hace de las medidas anunciadas por el Gobierno para contener los costes? ¿Coincide con los que dicen que la mayor parte del ajuste recae sobre el sector privado? ¿Qué opinión le merece esto?

–Del plan aprobado por el Gobierno hay dos cosas fundamentales. En primer lugar, nos hubiera gustado que hubiera tratado antes las medidas con los empresarios, que no lo ha hecho. Y efectivamente, buena parte de los ajustes recaen sobre el sector privado, con medidas que van a suponer más costes y burocracia en un momento en el que sectores y empresas, sobre todo las más pequeñas o los autónomos, lo están pasando muy mal. Como suelo recodar: este Gobierno te invita a cenar pero el que, al final, acaba pagando eres tú. Y le pongo un ejemplo: el diseño en la bonificación de los combustibles, que puede poner en riesgo la continuidad de muchas estaciones de servicio por las tensiones de liquidez a las que se van a ver sometidas.

Y en segundo lugar, y sobre todo: el plan incluye medidas que suponen intervenir la economía y limitar la libertad de empresa, como lo relacionado con la prohibición de despedidos o los límites en el alquiler, que generan un peligroso precedente y propician un escenario de inseguridad jurídica. Son medidas que están fuera de lo que desde CEOE podemos aceptar.

El plan del Gobierno incluye medidas que suponen intervenir la economía

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–Usted está en contra de “interferir” en el sector privado con medidas como el tope a la subida de los alquileres. Sin estas medidas y con contención salarial, ¿cómo pueden los trabajadores superar esta crisis?

–El principal problema que tenemos en la actualidad en la economía española y en el conjunto de Europa es, sin duda, el de la inflación. Que viene de antes de la invasión rusa de Ucrania, tiene su origen en los costes energéticos y que se ha agravado con la guerra. Y la subida de la inflación afecta a todos: a los trabajadores pero, también y a las primeras, a las empresas. Porque los empresarios estamos asumiendo esa subida de costes sin trasladarlo a los precios finales, sacrificando márgenes empresariales. Por eso, se trata de tomar medidas entre todos. Medidas que sean eficaces y en el momento adecuado. Porque también le digo que la inflación podría haberse contenido en parte si el Gobierno hubiera tomado medidas antes.

Creo que el Gobierno puede hacer una bajada de los impuestos, general para que todas las rentas se pudieran asegurar una mejor capacidad de compra. Además, el Estado, todas las administraciones, puede gastar de manera más eficiente: España puede reducir su gasto público en 60.000 millones de euros sin rebajar la calidad de los servicios que presta. Y Estado tiene margen, también, para recaudar si lucha de manera eficaz contra la economía sumergida, que está 10-11 puntos por encima de la media europea.

–Después del consenso escenificado en el pacto sobre la reforma laboral, ¿qué le parece la limitación de los despidos hasta el verano?

–Voy a ser claro: creo que es una deslealtad con el Diálogo Social y con los acuerdos que habíamos alcanzado. Supone cambiar las reglas del juego de lo que habíamos pactado los agentes sociales. Y lo han hecho dos días antes, incluso, de que entrara en vigor en toda su extensión la reforma laboral. El Gobierno se ha saltado lo acordado en relación con los ERTE y vuelve a lanzar el mensaje de que los empresarios somos los malos y queremos despedir. Oiga, no. Como presidente de CEOE, yo represento a las personas que crean 14 millones de empleos en nuestro país.

Estamos en un momento muy complicado y delicado pero que, por orden administrativa, poniendo como causa en el Real Decreto algo con unas consecuencias jurídicas inciertas como “la invasión de Ucrania”, se establezca que no se puede ajustar la plantilla es algo que no tiene sentido, que socava el espíritu de la reforma laboral y, sobre todo, que atenta contra el derecho a la libertad de empresa recogido en la Constitución.

La inflación podría haberse contenido si se hubieran tomado medidas

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–¿Cómo son las relaciones de CEOE con el Gobierno de España?

–Son buenas. Nosotros trabajamos con el Gobierno que eligen los españoles y siempre hemos tenido buenas relaciones con los gobiernos, sean del signo que sean. Son relaciones de lealtad pero, dentro de la lealtad y como no puede ser de otra manera, decimos las cosas como las pensamos. Es algo que hacemos con este o con cualquier Gobierno.

–¿Cómo valora la situación política de Castilla y León?

–Ha habido elecciones, se tendrá que conformar un Gobierno y el que salga estará bien elegido, como no puede ser de otra manera.

–¿Ninguna preferencia, ningún mensaje?

–No entramos en la política. Yo hablo de la economía, del día a día, de lo que necesitan las empresas. No estamos en el ámbito de la política. Ha habido unas elecciones, los partidos tendrán que gestionar los resultados. Lo que salga estará bien, como pasa en España o en cualquier sitio que toque.

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