Zamora volvió a mostrar este domingo su solidaridad con el pueblo ucraniano y su deseo de que la paz impere en el este de Europa. Los miembros de varios coros y agrupaciones musicales de la ciudad se reunieron al mediodía en la plaza de la Constitución para poner su voz al servicio de una acción simbólica contra la guerra y la barbarie que sufren las familias en los territorios atacados.

Una ucraniana residente en Zamora porta la bandera de su país. | Emilio Fraile

La iniciativa local se enmarcó en una idea a nivel nacional y continental que se puso en marcha bajo el nombre de Coros por la Paz. Decenas de ciudades se sumaron a un cántico en el que todos entonaron los mismos acordes, correspondientes a la pieza “Dona Nobis Pacem”, una obra “perfecta para una convocatoria como esta, porque se sirve de una lengua universal como el latín, tiene un mensaje que todo el mundo entiende, como es danos paz, y es muy fácil de interpretar, incluso para aquellos que se estén iniciando ahora en el canto polifónico”, según expresaron desde la organización.

En Zamora, la convocatoria estuvo liderada por Camerata Primo Tempo y contó con la presencia de parte de la comunidad ucraniana residente en la provincia, que pobló la plaza con banderas de su país y que añadió emotividad a un acto ya de por sí sentido, con el recuerdo presente de las personas que han perdido la vida por culpa de la invasión del país.

Silencio previo a los aplausos

El acto, que se emitió de forma simultánea junto al de otras ciudades a través de Youtube, comenzó con un minuto de silencio y se prolongó después durante algo menos de diez minutos de música que las decenas de asistentes respetaron en un escrupuloso silencio.

Esa quietud se rompió en el cierre del acto con un sonoro aplauso en homenaje a las víctimas y en demanda de la paz. Esa ovación se prolongó unos minutos tras la salida al centro de la plaza de Olena, una de las ucranianas residentes en Zamora que, como en otras acciones realizadas previamente, hizo ondear la bandera de su país de forma enérgica.

El arranque de orgullo identitario de Olena le puso el broche a un acto que sirvió para sumar voces contra una guerra que ya se prolonga desde hace más de un mes y que está causando la devastación de miles de familias, condenadas a la muerte y a la huida de sus casas.