El IES Universidad Laboral ha vuelto a hacer historia en los Spain Skills con un nuevo oro en Mecatrónica, modalidad en la que ya se les puede considerar auténticos favoritos, después de ganar en las cuatro ocasiones en las que se han presentado a estas olimpiadas de FP nacionales. El profesor Julio Miñambres repetía como tutor, pero los alumnos eran otros: Pablo Bajón y Juan Manuel Obregón, quienes ayer por la mañana se subían a lo más alto del podio durante la ceremonia de entrega de medallas, por delante de los alumnos de Castilla-La Mancha (bronce) y Cataluña (plata).

Pablo Bajón y Juan Manuel Obregón, en el espacio de las pruebas. | Cedida

“Ha sido más fácil de lo que previsto”, reconocía el profesor tras la victoria. Sin quitar mérito a la medalla, Miñambres explicaba que en la primera prueba de la competición el jurado se equivocó y propuso una actividad que es de nivel mundial, es decir, mucho más complicada que las correspondientes a un nacional. “Ahí se demostró el talento y el entrenamiento de estos chicos, que fueron los únicos de los quince que lograron terminar la prueba”, aplaudió. Esa ventaja la supieron mantener hasta el final. “Nuestra estrategia cambió completamente, fue más conservadora y estuvimos más acomodados, bajando un poco el ritmo. Nosotros solo teníamos que mantener esa diferencia de puntos y eran los otros quienes tenían que arriesgar en el resto de pruebas”, razona el profesor.

Los alumnos del IES Universidad Laboral, Pablo Bajón y Juan Manuel Obregón, durante una de las pruebas de Mecatrónica. Cedida

Con mucho menos estrés

De esta manera, el resto de competición en Madrid fue mucho más relajada de lo previsto. “Había mucho menos estrés, pero tampoco podíamos fallar”, advierte.

Las 250 horas de entrenamiento —a las que sumar otras tantas que hicieron de cara al regional en su momento— son también la clave para este nuevo triunfo de la Formación Profesional zamorana. El oro de Mecatrónica se une a otras dos, un par más de plata y una de bronce conseguida por la delegación de Castilla y León en Refrigeración y Aire Acondicionado, Fresado, Diseño Mecánico, Estética y Tecnología del Automóvil. La próxima cita que les espera es el mundial, que se celebrará en octubre en la ciudad de Shangai.

Francisco Fernández, del CIFP Ciudad de Zamora, en la final del Spain Skills. Cedida

“Hemos hecho una buena competición y la experiencia es increíble”

No tuvieron la suerte de regresar con una medalla como sus compañeros de Mecatrónica, pero sí con una experiencia “increíble”. Así se sintieron los otros competidores zamoranos en Ifema tras finalizar el certamen nacional en las categorías de Servicio de Restaurante y Bar y Soldadura. Francisco Fernández García, alumno del CIFP Ciudad de Zamora, reconoce los nervios del primer día, que desaparecieron el segundo con las pruebas de coctelería “que es lo que mejor se me da e hice mucho mejor tiempo”, apunta, para rematar con una tercera jornada de tareas “perfecta” con la elaboración de diferentes platos.

Fracisco Fernández, durante una de las pruebas Cedida

“Esta experiencia no me la quita nadie y el compañerismo que se ha vivido estos días para mí es lo más destacado”, agradece. Su profesor Jesús María San José reitera esa sensación de cordialidad “tanto entre los participantes como con todos los tutores” y aplaude la gran organización que se pudo ver en Ifema. “Este tipo de competiciones a los chicos les anima muchísimo para continuar trabajando”, destaca.

Lorys Méndez, de Menesianos Zamora, durante la prueba de Soldadura.

Lorys Méndez, de Menesianos Zamora, durante la prueba de Soldadura. Cedida

Lorys Méndez , de Menesianos, también hizo un gran papel en Soldadura, según ratificó su profesor, Manuel Poyo, quien lamentó los fallos en la prueba de presión. “En estas competiciones los pequeños errores se pagan caros”, reconoció, para subrayar que su alumno “ha hecho una competición excelente” y que poder haber podido participar de manera presencial ha sido toda una satisfacción. “Lo preferimos a la competición online”.

Lorys Méndez, con su profesor Manuel Poyo y varios compañeros que se acercaron a animarle. Cedida