La Opinión de Zamora

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Manuel Bretón Romero Presidente de Cáritas Española

“La distancia social se ha abierto, con diferencias en empleo, vivienda y pobreza”

“La pandemia ha castigado muchísimo, sobre todo a los más necesitados y vulnerables, y eso sí que nadie lo puede discutir”

Manuel Bretón, en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA ANA BURRIEZA

Presume de tener tantos años como los que lleva Cáritas trabajando en España, 75, y con la entidad celebrará este aniversario siendo su presidente nacional, cargo que aceptó en 2017, sustituyendo a Rafael Luis del Río. Manuel Bretón Romero, militar retirado, participó ayer en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA para hablar de “Sociedad española, cuestión de valor y valores”.

–Arrancó su presidencia en Cáritas en 2017, ¿siente que, desde entonces, las necesidades sociales se han multiplicado?

–Los cambios son vertiginosos y la situación nos obliga a cambiar de mentalidad en cualquier circunstancia. Desde 2017 ha pasado de todo, pero como ocurrió años antes e igual que en mi vida profesional anterior. Estamos habituados a los cambios y el ser humano tiene que hacerse a esa idea.

–Llama la atención su pasado militar, ¿ha sido un gran cambio ponerse al frente de Cáritas?

–Mi profesión anterior, la militar, también se centraba en estar al servicio de los demás, aunque fuera a través de la defensa del país. Pero los valores son muy identificables por la sociedad en general, así que se puede decir que mi vida anterior tiene mucho que ver con lo que hago ahora.

Público asistente al Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA con Manuel Bretón. ANA BURRIEZA

–Un paso previo a este trabajo fue la creación de Cáritas castrense, ¿cómo surgió la idea?

–En mi época profesional no era ni voluntario de Cáritas, solo un cristiano de a pie. Pero tenía muy buena relación con el arzobispo castrense, recientemente fallecido, que me habló de esta idea. La diócesis castrense es muy peculiar, porque tiene su propio clero castrense y una territorialidad muy extensa, en toda España. Consideraba que era necesario crear un sistema de apoyo a la población castrense, también en sus misiones en el exterior, para apoyar a la población de ese lugar. Junto con mi antecesor, entre los tres, empezamos a pergeñar esa Cáritas. Fueron cuatro o cinco años iniciales muy intensos, porque había mucho trabajo que hacer y mucha gente a la que convencer. Fue como mi preparación para el futuro.

–También presidente de la Fundación Foessa, que en todos sus informes nos da una bofetada de realidad. ¿Cómo resumiría la situación que atraviesa España y que se refleja en este último informe, presentado recientemente?

–Empezando por la crisis económica, para continuar con la pandemia y ahora la guerra, había que intentar sacar este informe, adelantándonos un poco al que se presenta cada cinco años. Y la verdad es que es el reflejo de la realidad, aunque a veces creo que molesta a muchos, sobre todo a los responsables políticos. No les gusta, pero esta incomprensión inicial sobre la realidad les hace abrir los ojos y comprobar que lo que les estamos dando es una herramienta de primera mano para su trabajo importantísima, para afrontar la problemática que tienen por delante. Es verdad que les cuesta y a veces es muy llamativo pero creo que funciona.

La pandemia ha castigado muchísimo, sobre todo a los más necesitados y vulnerables

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–¿Suele haber reacciones negativas por parte del poder político?

–Siempre recordaré el anterior informe, al poco de llegar yo. Era de carácter nacional, no territorial, como se hace ahora, y la confrontación era con el Gobierno de la nación. El ministro Montoro hizo unas declaraciones al respecto y cuando decidimos hacer un informe por cada comunidad autónoma, mi comentario fue que si antes recibía una llamada, a partir de ese momento recibiría 17 más una. Y no es que sea así, pero casi. Cada vez que publicamos el informe en una autonomía, sabemos que va a haber alguien a quien no le guste. Pero, en cualquier caso, los datos están ahí.

Manuel Bretón (segundo por la izquierda), en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA ANA BURRIEZA

–¿Y qué reflejan?

–Son muy duros, porque es verdad que la pandemia nos ha castigado muchísimo, sobre todo a los más necesitados y vulnerables. Eso sí que nadie lo puede discutir. La distancia social se ha abierto y hay diferencias enormes en cuanto al empleo, la vivienda y la pobreza en sí. Comprobamos que la evolución social no ha sido todo lo buena que debería. Por otro lado, este informe es científico al 100%, a través de la evaluación de 35 indicadores que se estudian y se relacionan. De esos datos objetivos sí que nos atrevemos siempre a hacer unas propuestas, sobre brecha digital, vivienda o empleo. Son temas tan importantes para la respuesta social que hay que presentarlos. Normalmente, hacemos unas propuestas muy obvias pero necesarias.

–Una de las respuestas políticas más llamativas sobre este último informe ha sido la del portavoz del Gobierno en Madrid, Enrique Ossorio, asegurando que él no veía pobres por las calles. ¿Qué pensó al escuchar estas declaraciones?

–La presidenta días después nos daba la razón al decir que son datos de Cáritas, fidedignos, y eso nos tranquiliza. Pero siempre está ahí alguna controversia. Por ejemplo, hoy he leído una noticia sobre que un gran número de nuestros investigadores son asesores de Pedro Sánchez. Lo hemos comprobado y es falso, así que hemos pedido una rectificación.

Manuel Bretón, en su visita a Zamora. ANA BURRIEZA

–Otra declaración curiosa en las últimas semanas ha sido la del periodista Francisco Marhuenda, asegurando que a Cáritas le controla la izquierda y, más concretamente, Podemos.

–Cuando no es por un lado, es por otro. De vez en cuando sufrimos algún tipo de irresponsable declaración, por decirlo de algún modo. De hecho, recuerdo en un consejo que hicimos fuera de Madrid, en Montserrat, donde me llamaron para contarme algo parecido dicho por Federico Jiménez Losantos, asegurando que yo, presidente de Cáritas, era de Podemos. Y ya me ves lo “podemita” que soy (risas). Pero es que, además, puedo ser de cualquier partido político, aunque no he reflejado en mi vida en ningún momento mis tendencias políticas. Estas declaraciones, en principio, podrían hacer daño, pero creo que no lo consiguen, porque todos sabemos de dónde partimos y a dónde vamos.

–¿Está orgulloso del camino que recorre Cáritas?

–Cuando estamos más en alza, con datos más claros y un apoyo unánime de la población, se atiende mejor y la confederación está más unida que nunca con sus 70 diócesis. Ahora es cuando más podemos afrontar determinados ataques absurdos.

Cáritas abre siete mil puertas a diario, somos una organización enorme y muy diversa

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–¿Se refleja en el informe un aumento de las ayudas en facturas básicas o alquileres?

–A través de los 35 indicadores que se valoran se estudian prácticamente todas las debilidades que puede tener la sociedad y yo creo que está clarísimo en los resultados del informe esos aumentos, pero también, por ejemplo, en el tema de la emigración y su exclusión en estos últimos años. No cabe duda que todos estos datos se basan en una realidad que estamos viviendo y eso no tiene discusión posible. Los datos no son de nuestra cosecha y creo que, básicamente, es una herramienta que difícilmente pueden rechazar los políticos, una pieza indiscutible para ponerse a trabajar en la labor social.

–Aparte de la situación de España, hay que añadir el reciente conflicto de Ucrania, ¿cómo se abre Cáritas a esta emergencia internacional?

–Siempre hago alarde de la cantidad de puertas que abrimos al día, todas las Cáritas parroquiales con sus proyectos diocesanos. Ahora ha surgido una guerra terrible, dando lugar a una campaña de solidaridad impresionante a la que debíamos responder, en principio, apoyando a las Cáritas de esos lugares, con las que colaboramos normalmente en países como la propia Ucrania, Polonia o Moldavia. En diez días recaudamos cinco millones de euros a nivel de Cáritas España y aquí Cáritas Polonia está jugando un papel importantísimo, porque es potente, con muchos medios y en una nación 100% católica, con una historia detrás de sufrimiento y apoyo a la población muy grandes.

–¿De dónde saca Cáritas las fuerzas para continuar con todos estos proyectos?

–Son siete mil puertas las que se abren a diario, con iniciativas de todo tipo. Somos una organización enorme y muy diversa, cada uno con sus equipos. Esa es nuestra riqueza y si a eso añades la riqueza de nuestro voluntariado, 80.000 personas que están dispuestas a echar el resto, con más 5.000 trabajadores, son unos números de abruman, sorprenden y ayudan a seguir avanzando.

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