Dar el paso de trasladarse a una residencia puede suponer mucho tiempo y trabajo. Pero la decisión cuesta menos si lo que se plantea es dejar el domicilio propio para trasladarse a una casa más grande a la que también se puede llamar hogar. Ese es el caso de la residencia La Plaza, situada en pleno centro de Moraleja del Vino. Un lugar que ofrece la comodidad de un hotel, la eficacia de una clínica y la calidez del hogar para todos sus usuarios. La amplia experiencia de su dirección y trabajadoras garantizan el máximo bienestar a los mayores que allí viven y conviven. Porque si la atención sanitaria se trata con pulcritud, el apartado social no se queda atrás. El equipo de terapia ocupacional se encarga de que la estancia allí sea más que agradable. Todo ello, colocando siempre al mayor en el centro de cada una de las actividades.

La residencia La Plaza ocupa un lugar privilegiado en Moraleja del Vino, en plena Plaza Mayor. Un edificio familiar del siglo XIX que fue rehabilitado y ampliado para convertirlo en el hogar de cada uno de sus usuarios. El inmueble pertenecía a la familia de Miriam Fernández de la Mela, que es la gerente del centro. Y su filosofía deja bien claro cómo se sentirá quien allí acuda a vivir. “Esta era la casa de mi abuela y quiero que todos los que están con nosotros la consideren su casa”, explica.

Bien dotados de personal

Aunque Fernández de la Mela se encarga de la Gerencia, reconoce que lo que hace grande al centro es el equipo. La residencia La Plaza cuenta con 38 empleados para 70 residentes, superando con creces las ratios exigidas por la normativa de la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León. “Tenemos gerocultoras, DUEs, médico, terapeuta, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional y el personal de limpieza y de cocina, que son fundamentales. Además de la directora y la gobernanta, que son dos pilares muy importantes”, señala.

Junto a todo el servicio médico y asistencial, destaca en la residencia La Plaza de Moraleja del Vino el catálogo de actividades de terapia ocupacional que desarrollan durante todas las semanas, así como gimnasia grupal para un mantenimiento activo. Y es que los mayores son el pilar fundamental sobre el que gira cualquier paso que se da en el centro. “Lo que nosotros queremos es que ellos estén a gusto y creo que lo conseguimos”, comenta Fernández de la Mela.

Directora, gerente y gobernanta de La Plaza. Residencia La Plaza, situada en el corazón de Moraleja del Vino. | Cedida Directora, gerente y gobernanta. | Cedida

Por eso, en la residencia La Plaza de Moraleja del Vino realizan escalas de calidad de vida “Fumat” y “Qualid” a sus residentes, que “sirven para comprobar su alto nivel de calidad de vida”, comenta la gerente del centro.

La residencia puede celebrar que en estos momentos está libre de Covid. “también hay que reconocer que nos anticipamos desde un primer momento, nos proveímos de material suficiente para proteger tanto a trabajadoras como a usuarios y establecimos protocolos severos para evitar la entrada del virus”, explica Fernández de la Mela. En estos momentos, los residentes ya han retomado sus rutinas diarias y salen a la calle con normalidad.

Junto a todo esto, hay que destacar la excelente comida con la que cuenta la residencia La Plaza. Sus cuatro cocineras se encargan de cuidar la dieta de los mayores, respondiendo a sus necesidades y haciéndoles la estancia mucho más agradable. Un punto más a favor de este centro que no es otra cosa que un hogar, pero en versión grande.