Cientos de personas participaron en una procesión histórica en Zamora que reunió ayer a nueve imágenes marianas de gran devoción como broche de oro al Año Jubilar, que conmemora los 900 años de la restitución diocesana, tras la que tuvo lugar en la Catedral, que se quedó pequeña para la ocasión, una misa presidida por el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blazquez, acompañado por el obispo de Zamora y casi todo el presbiterio.
Cada una de las tallas partió de un templo del casco antiguo hacia el primer templo diocesano, donde la mayoría de ella nunca había estado. La primera en llegar a la plaza de la Catedral, donde se congregaron cientos de personas, fue la Virgen del Viso. La imagen llegó desde San Ildefonso por la plaza de Antonio del Águila e iba escoltada por estandartes y cruces guías que le rindieron honores cuando, al son de la Salve interpretada por la banda de cornetas y tambores de Villaralbo, se dirigía hacia el atrio donde la esperaba el obispo de Zamora, Fernando Valera. Por la rúa de Notarios accedió la Virgen de Gracia acompañada por un grupo de fieles y dos tamborileros. Tras ella desfilaron las imágenes provenientes del arciprestazgo de Benavente-Tierra de Campos, una copia de la imagen de la Veguilla y la Purísima de Villalpando, junto a varios sacerdotes y un nutrido grupo de fieles que iban rezando el rosario. Luego se sucedieron la Virgen de la Hiniesta, en una urna de madera, la Virgen de la Concha, precedida de estandartes y responsables de cofradías de Semana Santa y de Gloria de la capital, la Virgen de los Árboles, la única identificada con un cartel y acompañada por un grupo de personas ataviadas con trajes tradiciones, mientras que un grupo de gaiteros de Mantos y Monteras anunciaba la llegada de la Virgen de la Salud. Cuando los presentes intentaban entrar en la Catedral apareció desde el Palacio del Obispado la copia de la Virgen del Canto que se encuentra en templo de San Torcuato.
