El acuerdo alcanzado entre el Partido Popular y Vox para dar forma a un nuevo Gobierno de coalición en la Junta de Castilla y León ha provocado una oleada de reacciones que van desde la celebración del pacto a las críticas por la entrada de la ultraderecha en los despachos de Valladolid. En medio, se sitúa la defensa de la necesidad de dotar de estabilidad a la comunidad autónoma a través del trato que parecía más fácil de alcanzar, dado el resultado electoral.

En esa última línea se ubicó este viernes el Partido Popular de Zamora, que reunió a su Junta Directiva para hablar del próximo congreso extraordinario, que servirá para confirmar la llegada del dirigente gallego Alberto Núñez Feijóo a Génova, y que valoró también el pacto anunciado el día anterior por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco.

Así las cosas, el presidente del PP de Zamora, José María Barrios, expresó su satisfacción por el pacto y afirmó que se trata de “un acuerdo programático pensado desde la moderación” y que “garantiza la estabilidad sin las amenazas de moción de censura” de la legislatura anterior.

Ánimo de evitar elecciones

En la misma línea, Isabel Blanco, que forma parte del actual Gobierno de la Junta, advirtió de la pertinencia de evitar otras elecciones y señaló que se trata de “un acuerdo legítimo”. “El PSOE no puede darnos lecciones porque pactan con herederos de ETA, partidos nacionalistas y con el populismo de extrema izquierda de Podemos”, añadió Barrios.

Precisamente, los socialistas zamoranos quisieron dejar clara su postura al respecto de este acuerdo, y criticaron “el pacto de la vergüenza”. “No es que lo diga el PSOE, lo dice también el presidente del PP europeo, Donald Tusk”, remarcó el secretario provincial de la organización, Antidio Fagúndez, que afirmó que “no es posible asumir el discurso de la ultraderecha, porque es una línea roja”. “El PP se queda solo en España y en Europa”, añadió.

Requejo, templado

La opinión sobre el acuerdo no se limitó solo a los actores del bipartidismo en la provincia, sino que se extendió también a los principales responsables institucionales zamoranos. Por ejemplo, el presidente de la Diputación, Francisco José Requejo, habló sobre ello en el Pleno y se mantuvo lejos de los ataques lanzados por su compañero de partido en Ciudadanos, Francisco Igea: “Lo que ocurre en la Junta no lo decidimos nosotros, y lo que queremos es que haya políticas activas y con capacidad de inversión”, deslizó el mandatario liberal, consciente de la necesidad de mantener la templanza para conservar su buena relación con el Partido Popular en el seno del equipo de Gobierno.

La crítica de Guarido

Por su parte, el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, compartió una reflexión en redes sociales en la que auguró que el PP pagará las consecuencias del pacto en procesos electorales futuros, pero lamentó que, en el presente, va a afectar a toda la sociedad de Castilla y León: “Mañueco adelantó las elecciones para sacar mayoría absoluta y ha permitido la entrada de la ultraderecha”, zanjó.