La Plaza Mayor de Zamora se tiñó este martes del morado irreductible de la mujer. Como cada 8 de marzo, las manifestantes salieron a las calles para clamar por la igualdad real y para defender sus derechos. Poco importó la lluvia que tuvieron que sufrir durante parte de la jornada; el fin de batallar contra las brechas de género justificaba ese esfuerzo.
Unas 400 personas acudieron a la llamada de la Asamblea Abierta del 8-M en Zamora, una convocatoria que tuvo su punto álgido a las 20.30 horas, pero que comenzó a calentar motores por la tarde, con una exposición sobre mujeres zamoranas ilustres y un espacio de pintura para las más pequeñas.
Ya en la concentración como tal, las participantes procedieron a la lectura del manifiesto común en el que advirtieron que las mujeres se encuentran “hartas y cansadas” de que sus derechos nunca se den por adquiridos, y más con un avance de la ultraderecha que ven con “estupor”. “Van a tratar de arrebatarnos lo que hemos logrado con tanto esfuerzo”, subrayaron las intervinientes.
El movimiento apela a la unidad
En todo caso, las manifestantes aseguraron que esas actitudes no van a silenciar el movimiento y remarcaron su carácter internacionalista, especialmente ahora que las mujeres sufren en las zonas de conflicto.
Además, las asistentes apostaron por un “feminismo unido” que se vio quebrado en el propio acto cuando, en la lectura del manifiesto de las “Trece Rosas”, se abordó el tema “trans”. Más allá del escollo, las manifestantes reclamaron un mundo “con más feminismo y menos cojones”.
