Cerca de un centenar de personas, exactamente 97, han fallecido en Zamora por coronavirus en lo que va de 2022, 58 de ellas este pasado mes de febrero, el más mortal del COVID desde hace exactamente un año, febrero de 2021 que acabó con 70 fallecidos. Es la estadística más triste de una pandemia que sigue estando presente en la sociedad por más que sus efectos sean, en general, más leves.
Los fallecidos registrados por las estadísticas de la Consejería de Sanidad son superiores a los 66 de los hospitales que son la referencia diaria que suelen ofrecer los medios de comunicación porque de hecho son mayoría de los muertos por COVID.
Solo en estos primeros días del mes de marzo (del 1 al 4) figuran cuatro víctimas mortales, una diaria, lo que da idea de que el potencial mortífero del virus no está ni muchos menos acabado. Los seis pacientes de coronavirus ingresados en la UCI indican bien a las claras el potencial sumamente grave de la enfermedad.
Cierto es también que las hospitalizaciones en planta han bajado sustancialmente y que el efecto protector de las vacunas ha incrementado los casos en que la enfermedad se manifiesta de forma asintomática o con síntomas leves.
Lo que más incertidumbre crea en estos momentos es en análisis de la evolución de la incidencia de la pandemia. Y es que después de llegar prácticamente a los cuatro mil casos por cien mil habitantes en la imparable cuesta de enero, enseguida comenzó un descenso tan vertiginoso como el que había tenido durante la subida.
La curva, en el valle
Sin embargo en los últimos tiempos este descenso de la incidencia se ha ido ralentizando y se empieza a dibujar lo que sería el valle, es decir, el punto de inflexión donde la curva pandémica ha hecho un descanso, no se sabe si para estabilizarse, volver a bajar lentamente o comenzar la remontada.
De momento hay datos preocupantes, como por ejemplo que durante los dos días últimos con datos de la semana pasada (jueves y viernes) la incidencia a 7 días no sólo no ha bajado sino que ha subido. Y la incidencia a 14 días se estabilizó el jueves y el viernes en 608 casos, sin que se apreciase un descenso.
La línea es parecida en todas las provincias de la comunidad, si bien Zamora, que durante prácticamente toda esta sexta ola era la que mejor había aguantado, y durante muchas semanas se colocó como provincia con menos incidencia de la comunidad ahora está en la posición contraria.
Zamora es la única provincia con una incidencia superior a los 600 casos por cien mil habitantes a 14 días y es la que más indicadores de riesgo presenta en nivel muy alto. Están en riesgo máximo las incidencias a 14 y 7 días, tanto en población general como entre mayores de 65 años, la positividad global de las pruebas y la ocupación de la UCI. Ávila tiene tres indicadores en riesgo muy alto y el resto de las provincias dos. Haría falta recuperar la senda del descenso de casos.
