Estanterías semivacías, sobre todo las de las marcas más económicas y tope de unidades por persona y compra. Es el panorama que se vive en los supermercados de Zamora, afectados, como los de todo el país por la escasez del aceite de girasol derivado de la crisis de Ucrania y debido no se sabe un bien a una carencia real del producto o a un aumento “artificial” y súbito de la demanda, como el que en su día afectó al papel higiénico.

Hay aceite de girasol, pero no de todas las marcas. | Ana Burrieza

Efectivamente, hay una posibilidad de que el conflicto de la guerra de Ucrania repercuta en una menor oferta de determinados tipos de aceite de girasol, pero parece lejano el horizonte de que se pueda llegar al desabastecimiento de un producto que, además, tiene numerosas alternativas disponibles, como es el caso del aceite de oliva, del que España es uno de los principales países productores.

Sea por las noticias que llegan de Ucrania, por una miedo al desabastecimiento o por una precaución excesiva lo cierto es que los supermercados están notando que se ha producido un incremento de la demanda del aceite de girasol, por lo que algunos de ellos han llegado incluso a limitar las unidades de venta por persona para el cliente final.

Un recorrido por algunos supermercados de Zamora realizado ayer por este diario constataba la situación: en todos los supermercados había aceite de girasol y en todos se notaba un incremento de la demanda del producto, en forma de estanterías semivacías sobre todo de algunas marcas o de limitación de unidades.

Los lineales

Así, Gadis ha limitado a un máximo de tres litros de aceite de girasol; Mercadona sube este límite a cinco (lo que posibilita llevarse una garrafa), en Froiz no hay límite aunque han notado un incremento de la demanda que se deja sentir en las estanterías de este producto, mientras Alimerka tiene ya algunos estantes vacíos de determinadas referencias del producto, aunque de otras marcas está surtida sin problema ninguno.

La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, Asedas, llegó a afirmar en un comunicado que las limitaciones a la compra de aceite de girasol en algunos establecimientos obedece más a políticas comerciales que a una situación real de desabastecimiento. “Algunas empresas de distribución alimentaria están adoptando medidas de limitación de venta de aceite de girasol debido al comportamiento atípico del consumidor que se ha producido en las últimas horas”, reza el escrito. El hecho de que buena parte del aceite de girasol venga de Ucrania puede ser el motivo por el cual los ciudadanos están acaparando más producto de lo que era habitual antes del conflicto, comportamiento que, ése sí, puede acabar por vaciar los estantes. Es ese tipo de dinámicas que se retroalimentan: un producto escasea y los ciudadanos acaparan más de lo que necesitan por miedo a que se agote y ese comportamiento es lo que provoca precisamente que el producto en cuestión falte en mayor medida en los estantes”.

Unidades de aceite de girasol limitadas en un supermercado de la capital ANA BURRIEZA

Alternativas

Asedas explica que “la demanda anómala afecta a un número muy limitado de productos relacionados con el aceite de girasol procedente de Ucrania y existen alternativas tanto de origen como de producto”. Así, al contrario que el papel higiénico, la falta de aceite de girasol se puede suplir con aceite de este mismo vegetal de calidad incluso superior o de otros. “España es primer productor mundial en varias de las familias de productos que componen las categorías de grasas vegetales. La cadena alimentaria española es extraordinariamente eficiente y tiene suficiente capacidad para proveer al mercado de dichos productos”.

El tiempo dirá si, como ocurrió con el papel higiénico, el desabastecimiento se queda en una mera anécdota o si hay que ir pensando en cocinar con otro aceite.