Zamora ya tiene experiencia en la acogida de familias procedentes de conflictos armados. La provincia recuerda especialmente la llegada de ciudadanos bosnios y croatas en pleno conflicto de los Balcanes, una de las guerras más cruentas de las últimas décadas. De aquello hace casi ya treinta años, pero los implicados en las ayudas y los receptores de ese cariño todavía guardan en su memoria lo que fue un movimiento de apoyo humanitario sin precedentes en el territorio.