Las procesiones volverán a las calles, pero de una manera bastante atípica, sin las meriendas multitudinarias de las tardes del Jueves y del Viernes en las proximidades de la Catedral o sin las reuniones para comer las sopas de ajos el Viernes Santo o sin los desayunos del Domingo de Resurrección y con la obligatoriedad de la mascarilla para todos, según figura en un borrador confeccionado por la Junta de Castilla y León.

Entre las medidas de uso obligatorio el texto enumera el empleo de las mascarillas en interiores y exteriores para los espectadores y para los participantes, “tanto para las personas que lleven la cara descubierta como cubierta, no siendo equiparables las vestimentas a las mascarillas”. No obstante, no será exigible a los cargadores “siempre que todas las personas que portan un mismo paso” se hayan sometido a una PCR 72 horas antes o un test antígenos 24 horas antes. A este respecto el borrador indica que la Junta de Castilla y León colaborará con las cofradías en la realización de cribados mediante PCR o test de antígenos según “los medios disponibles y las personas censadas para su relación”.

Imágenes de la procesión de la Real Cofradía del Santo Entierro, foto de archivo. José Luis Fernández

El tapabocas no lo llevarán los músicos que toquen instrumentos de viento que deberán mantener una distancia mínima de 1,5 metros con otros participantes y asistentes, excepto con el resto de miembros de la propia banda, quienes deberán protegerse mediante FFP2 y en los puntos donde no se pueda guardar una distancia de seguridad “no se tocarán instrumentos”. A mayores, los individuos que precisen agua o alimentos podrán retirarse la mascarilla “el mínimo tiempo posible” y guardando la mayor distancia posible con el resto de personas.

Una banda toca en uno de los desfiles de la Cofradía de Jesús Nazareno JIOSE LUIS FERNANDEZ

El borrador señala que no se podrán celebrar “comidas o meriendas multitudinarias” por no respetarse la distancia de seguridad y no usarse la mascarilla. También prohibirían las expresiones religiosas que impliquen contacto físico con reliquias o imaginería, como besapiés o besamanos, y no se podría cargar si en los últimos siete días la persona ha tenido algún síntomas compatible con COVID.

Eliminación de las faldillas de los pasos

El borrador facilitado a las cofradías indica en el epígrafe de recomendaciones el “eliminar todas o parte de las faldillas de los pasos que sean portados por personas para mejorar la ventilación”, insta a modificar los recorridos de las procesiones para evitar las calles estrechas, vías donde “los ayuntamientos podrán limitar la presencia de público en uno o en ambos lados del recorrido”. También pide que se evite que las personas se vistan en sacristías o templos cerrados para minimizar el contacto entre no convivientes en recintos interiores. Además, el texto confeccionado en la Dirección General de Salud Pública recoge que la evolución de la sexta ola “hace prever que en la primera quincena de abril los indicadores de incidencia se sitúen en valores de riesgo bajo”, Castilla y León cuenta con una cobertura de pauta completa del 94% en los mayores de 12 años y de prácticamente el 100% en los mayores de 60 años y dado que la Semana Santa “es una forma de expresión religiosa merecedora de una atención especial por cuanto, como expresión social y espiritual, se hace posible recuperar las procesiones siguiendo ciertas normas y precauciones”.