La zamorana Olivia Vicente Sánchez, docente de profesión y una enamorada de la Literatura en todas sus expresiones, presenta mañana sábado su primera novela en la librería Semuret a partir de las 18.30 horas.

–¿Cómo surge la novela “Donde ya no hay adiós”?

–La idea de la novela siempre la tuve. El argumento gira alrededor de una chica que pierde la memoria y a raíz de un viaje que realiza, empieza a colocar el puzzle de esa memoria perdida. A mí siempre me ha interesado ese aspecto porque nosotros somos en realidad la historia que nos contamos a nosotros mismos. Si carecemos de pasado o hemos perdido ese pasado, ¿quiénes somos realmente? Me ha preocupado más allá de las enfermedades generativas y eso tiene que ver con el crecimiento.

–¿Qué nos puede decir del personaje principal del texto?

–El personaje de Paula es una chica que va madurando. Pasa de la adolescencia a la edad adulta y necesita ese relato para ser ella alguien, para poder tener una identidad. Para mí es fundamental porque si carecemos de una base, de una memoria nos resulta imposible darnos respuestas a nosotros mismos. También tiene mucho que ver también quién es ella con quién es su familia. En la novela también hay un secreto familiar que según va recuperando la memoria lo va recordando. Y también son importantes los espacios.

–Entre los que figuran la ciudad de Zamora...

–Paula es una adolescente en Zamora donde pierde la memoria y luego estudiará en Salamanca y su vida se desarrollará también en Madrid. A mí me interesaba recoger una Zamora de las emociones que yo viví como adolescente en la ciudad. La abuela también es zamorana y viaja a Argentina en busca de un futuro mejor, un país al que también viaja la nieta en busca de respuestas. Un viaje que más que externo es interior porque los recuerdos se entremezclan con el momento que ella vive a través de las líneas temporales que se mezclan en la obra.

–¿El libro tiene connotaciones autobiográficas?

–Sí y no. En cuanto a preocupaciones lógicamente la novela tiene mucho de mí y de mis preocupaciones e intereses como la música, las amistades o la literatura, pero no es una memoria autobiográfica. Para mí es muy importante Zamora y las ciudades natales porque cuando nosotros vamos creciendo y somos adolescentes hay una especie de amor-odio por el lugar donde nacimos. Le tenemos un cariño, pero, a veces, es necesario marcharnos de allí para recomponer ese pasado, valorarlo y estimarlo en su justa medida, con sus claroscuros.

Olivia Vicente Cedida

–En su primera novela que ve la luz en un sello muy consolidado, Celya.

–Yo llevo un programa de radio en Toledo, donde resido, y me enteré de que Celya es una editorial castellano leonesa, vinculada a Salamanca y al premio de poesía León Felipe de Tábara. Hablamos, les gustó mi novela y me han ayudado mucho en la corrección. Tenía un manuscrito y no estaba conforme e hicimos un proceso de revisión del texto muy productivo, que está muy pulido y limpio. Creo que a la editorial les gustó que la novela se ambientara en Zamora, que tocara Salamanca porque muchas veces las novelas se ambientan en grandes ciudades pasando desapercibidas las ciudades de provincia que parecen que llaman poco a la literatura. Sin embargo, Zamora me parece una ciudad muy rica a nivel cultural y por su paisaje urbano o su enclave que es, realmente, una maravilla.

–La novela la presenta mañana sábado en la librería decana de Zamora, en Semuret.

–Para mí Semuret es muy especial porque todos hemos ido a comprar los manuales de texto, las primeras lecturas... Es un comercio por el que pasas para ir al Castillo, para ir a la Biblioteca Pública y que yo presente un libro en esa librería que atendía Luis (González), es un regalo y un sueño cumplido. Es imposible no pensar en grandes autores de Zamora que iban a esa librería, como Claudio Rodríguez, y yo tengo ahora la oportunidad de presentar mi novela en ella.

–Usted es filóloga, ejerce como profesora y desde hace unos años lleva a cabo un espacio sobre lecturas en una emisora de radio. ¿Cómo surgió esta colaboración?

–Surgió de una manera totalmente casual. Una compañera de trabajo me avisó de que impartían un taller de radio en Onda Polígono, una radio comunitaria de Toledo, me animé a probar y acudí. Tras realizar el taller una de las prácticas que teníamos que realizar era una sección, que finalmente pasó a ser semanal. Yo lo tenía claro, tenía que ser de libros. No obstante, pensé que de ellos siempre se habla bien. Siempre somos políticamente correctos y yo quería ir más allá.

Olivia Vicente con un ejemplar de su libro Cedida

Concrétenos.

–Quería que tuviera un punto canalla, de ahí que se denominara “Maldito libro”. El programa tuvo tanto éxito que, a partir de octubre de 2018, se amplió su tiempo de emisión en el programa “Luna Roja”. Por él han pasado desde María Fernanda Ampuero, que se emitirá en unas semanas, Eloy Tizón, Claudia Piñeiro... nos interesa el panorama nacional y también el hispanoamericano. Todas las entrevistas concluyen preguntándole al escritor qué libro no pudo acabar de leerse o cuál, desde su punto de vista, está sobrevalorado para salir de lo académico. La literatura hay que bajarla muchas veces a la tierra para sentirla con libertad porque pesa mucho el canon.

–¿Qué está suponiendo esta experiencia para usted?

–Está siendo muy gratificante porque conoces a muchos autores que te permiten descubrir el mundo editorial por dentro, para bien y para mal. En el programa tenemos la idea de que vayan escritores y escritoras, librerías, editoriales y también grandes amantes de la lectura que a lo mejor no son filólogos, pero que son grandes conocedores de la Literatura. Nos han llegado hasta a recomendar en Argentina porque mi compañero es argentino y en un espacio de radio de Buenos Aires han hablado de nosotros, dado que no se escuchan personas de distintas partes. También he tenido la suerte de poder realizar colaboraciones con radios extranjeras, lo que han sido experiencias enriquecedoras. Para mí es muy importante desarrollarse en los mayores frentes posibles.

–¿Por qué?

–Me agobia la idea de la especialización imperante. Parece que solo en literatura hay ficción y en “Maldito libro” hablamos de distintos géneros. Me gusta explorar la literatura en todas sus dimensiones.

–La literatura para usted es...

–Es una forma de vivir. No sé vivir desvinculada de la literatura, sé que es un topicazo, pero en mi día a día yo estoy o bien escribiendo o bien leyendo o bien averiguando qué leer o bien viendo un documental sobre cuestiones relativas a la literatura.

–Y ¿qué le gusta leer?

–Me gusta leer autores en lengua española porque cuando escribes ya no lees de la misma manera. Leer traducciones está bien, pero para aprender estilo, hay que leer grandes maestros que utilizan el castellano tanto anteriores como actuales. Tienes que ir a autores que utilicen tú mismo idioma para saber ver cómo van encajando esas piezas para construir una obra.

–¿En qué proyecto literario está embarcada?

–Estoy con un libro de cuentos relacionados con la mirada. Me interesa mucho la fotografía de manera aficionada y me interesa cómo cambia la realidad según el punto de vista. Mi idea es concluir un primer borrador a finales de este año, plantearme la corrección durante un tiempo y luego moverlo por distintas editoriales o bien por concursos.