Con el delito de violación, “no puede haber contemplaciones”, zanjó el fiscal de Violencia de Género en Zamora, Evaristo Antelo, para explicar su solicitud de 11 años de prisión para un vecino de Zamora acusado por su expareja de agredirla sexualmente cuando vivían juntos entre los últimos días noviembre y los primeros de diciembre de 2020. Pidió “una condena ejemplar”, consciente de que en las sentencias no se suelen aplicar esas penas máximas por violación que permite el Código Penal, hasta 12 años de cárcel, Antelo solicitó a los magistrados “abrir esas brechas” para acabar con conductas como la que mantuvo el acusado “yo soy un hombre, dice, me acuesto cuando quiero contigo, digas lo que digas”, agregó el fiscal.

Protegida tras un biombo

La presunta víctima, que testificó protegida tras un biombo para evitar ver al acusado, de iniciales P.J.P.T., y que se enfrenta también a cuatro años de cárcel por otros tantos episodios de violencia de género, contó que se negó reiteradas veces a mantener relaciones sexuales con él porque “estaba embarazada y no me apetecía”. Ante la negativa, el procesado le replicó que “mira cómo me tienes” y “que yo tenía obligación porque éramos pareja”.

La mujer relató que el procesado la cogió por el cuello y la tiró contra la cama, que le partió el labio al apretarle la cara con la mano y, cuando ella trató de abrir la ventana para pedir ayuda, “me dijo que si lo hacía me tiraba para abajo”. La denunciante intentó coger su teléfono, pero tampoco lo logró; se fue a otro cuarto hasta donde él “me siguió, cogió un cuchillo, se lo colocó en el cuello y se hizo un ligero corte”.

Le arrancó la ropa

Finalmente, la mujer contó que le arrancó la ropa, la cogió en brazos a la fuerza y se la lleva al dormitorio, donde “me penetró, yo me dejé porque tenía miedo”, hasta tal punto de que una amiga se trasladó durante unas semanas a vivir con la pareja. “Yo dormía con ella y con su hija pequeña”, manifestó la testigo, que quiso denunciar al acusado, pero no lo hizo porque “ella me lo pidió, él no tiene papeles y no quería hacerle daño. Estaba muy enamorada”.

Ese fue el mismo argumento que la presunta víctima repitió en varias ocasiones para justificar que no denunciara antes, incluso reconoció que tenían constantes discusiones. En una de ellas, la mujer admitió haber mordido al acusado en el último episodio de violencia de género que sufrió, lo que viene a confirmar la “veracidad y persistencia de su relato”, según el fiscal. Fue esa denuncia la que desencadenó que la víctima contará la violación, así como que el imputado quería dejarla embarazada para conseguir los papeles para legalizar su situación en España.

En el ultimo caso de maltrato, cuando ella mordió al procesado, intervino la Policía Nacional que acudió al domicilio de la pareja y comprobó que la presunta víctima sangraba de un pie después de que el acusado la empujara y la tirara contra el suelo. El teniente fiscal ensalzó ayer “la valentía” de la mujer “por venir” al juicio a contar lo que había sufrido y por la “sinceridad del relato” sobre cómo fue agredida sexualmente.

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La Audiencia Provincial deja en libertad al acusado tras el juicio

“Sin perjuicio” de cuál puede ser el sentido de la sentencia, la Audiencia decidió ayer mismo dejar en libertad con cargos al acusado de haber violado a su pareja en diciembre de 2020 y que está en prisión provisional desde el 12 de enero de 2021, cuando fue detenido por violencia de género contra su pareja. El abogado del acusado, Andrés Nafría, que iniciaba su intervención dejando clara su postura de condena a este tipo de delitos “cuando se cumplen las garantías” que lo puedan confirmar, pedía ayer la absolución para su cliente precisamente por considerar que el testimonio de la víctima “no es coherente ni lógico”.

Llegó a indicar que es “sesgado y con contradicciones en las fechas” de la violación y de algunas de las agresiones físicas. Eludió a la falta de informes psicológicos y de los médicos forenses sobre la víctima. Los celos fue uno de los argumentos que salió a colación en el juicio, tras introducirlo el acusado.

Por su parte, el abogado de la acusación particular, Alberto García, mantuvo la petición de la condena a 15 años de prisión para el acusado por la agresión sexual y los cuatro delitos de maltrato. Incidió en que el procesado “agredió a la víctima para satisfacer su deseo sexual y porque quería tener un hijo para poder obtener los papeles y quedarse en España”. Por otro lado, descartó que tras la denuncia hubiera móviles espurios o venganza e hizo especial hincapié en que su clienta mantenía la relación “por pena, porque él no tenía a dónde ir” y que la madre de la mujer “lo tenía como a un hijo”.