La persecución de la Policía Nacional comenzó en Las Llamas y terminó en Monfarracinos, a unos siete kilómetros de la capital, justo cuando los agentes daban el alto al conductor de un turismo y el copiloto arrojaba una bolsa por la ventanilla con cocaína, la misma que aquellos localizaron sin apenas esfuerzos.

Uno de los policías no perdió de vista el envoltorio de la droga, distribuida en dos paquetes, que sospecharon que el copiloto acababa de comprar en el poblado de Las Llamas, donde le vieron bajar del turismo y entrar en una casa de la que regresó al poco para montar de nuevo en el vehículo y abandonar el barrio, en dirección a la localidad de Monfarracinos.

El imputado en un delito de tráfico de drogas admitió ayer, minutos antes del juicio, que el contenido del envoltorio era suyo, por lo que la Audiencia de Zamora le acaba de condenar a 18 meses de cárcel, frente a los tres años que solicitaba el Ministerio Fiscal, y una multa de 750 euros en lugar de los 1.000 euros que inicialmente pedía la acusación pública, al aplicarle la atenuante de reconocimiento de los hechos.

La detención del acusado, de iniciales F.M.C., se produjo el 11 de diciembre de 2020 una vez que la Policía Nacional localizó el paquete con la cocaína, que resultó tener una pureza del 23%, pero cuya cantidad no está considerada para el consumo propio, por lo que se le imputó por un delito de venta de drogas que causan especial daño a la salud.