Se trata de un movimiento que surgió a mediados de los años 2000 en Madrid y que ahora se traslada a Zamora. La idea principal es que la bicicleta forme parte del tráfico, sin tener que adaptar carriles especiales para las dos ruedas. “Lo que queremos es que esté integrada y que sea respetada dentro del tráfico”, resume Carlos Pérez, portavoz de la iniciativa Bici Crítica, que se ha puesto en marcha en Zamora hace apenas cuatro meses.

El nombre está inspirado en el concepto de “masa crítica”, tal y como señala Pérez. “Hay un momento en el que un determinando volumen hace que las cosas pasen”, explica. Y ese es el fin que persigue Bici Crítica Zamora: lograr que las bicicletas se conviertan en otro elemento más del tráfico en la ciudad. La idea llega de los países asiáticos, donde en los cruces las bicicletas, por separado, tienen que pararse para evitar que los coches se las lleven por delante, ya que en esos lugares es habitual un tráfico intenso. “Pero cuando se junta un buen número de ellas, consiguen hacer un bloque y pasan todas juntas”, describe el portavoz.

Un hombre camina por la acera con una bicicleta. Emilio Fraile

Esa imagen es la que se puede ver en las noches de los últimos jueves de cada mes. Un grupo de ciclistas que van juntos circulando por la ciudad, de igual manera que lo hacen los coches. “Es nuestra forma de manifestarnos, por decirlo de alguna manera. Por supuesto, respetamos todas las señales y los semáforos, pero vamos bien juntos para que los vehículos nos vean y se adapten a nuestro ritmo”, detalla Pérez.

Considera esta agrupación que es un buen momento para sus peticiones. “Ahora, con todas las restricciones que hay de zonas a 30 kilómetros por hora de velocidad, con el tráfico adaptado a esa marcha, las bicicletas no molestan tanto como antes”, justifica el portavoz de la plataforma.

Sin nuevas infraestructuras

Otro punto a favor de esta propuesta es que aseguran que para hacerse realidad no hay que recurrir a grandes proyectos para tener unas infraestructuras diferentes y adaptadas a las bicicletas, lo que abarata mucho el conseguir que esta petición comunitaria se convierta en realidad. “No queremos carriles bici ni vías alternativas a los coches para poder desplazarnos, sino que lo queremos es que podamos convivir todos juntos en la calzada”, indica Pérez. “Además, esas obras serían carísimas e inasumibles por muchos ayuntamientos, además de que ralentizarían la puesta en marcha de nuestra demanda”, añade.

Para estos ciclistas, Zamora es la candidata ideal para posibilitar que coches y bicicletas compartan espacio. “No es normal que en ciudades como esta se formen atascos, sobre todo cuando llueve. En Europa el clima es más hostil y a diario la gente se mueve en bicicleta o incluso andando”, compara. Con la reciente reducción a 30 kilómetros por hora puesta en marcha por la DGT y el menor número de aparcamiento para los vehículos “el coche puede llegar a convertirse en algo incómodo, por lo que la bicicleta se convierte en una buena opción”, considera.

Para avanzar

Se trata de una apuesta que confían en que salga bien para avanzar “y que se convierta en algo donde se reivindique cosas para conseguir una ciudad más amable, donde el coche sea finalmente un objeto totalmente renunciable”, aspira Carlos Pérez.

Con el deseo de que la bicicleta vaya más allá de ser un medio para el recreo, sino que se convierta en un medio de transporte más, Bici Crítica invita a todos los zamoranos que compartan esta idea a que se acerquen este mismo jueves, a las 20.30 horas, hasta la Plaza Mayor, para iniciar la que será la cuarta marcha reivindicativa de este colectivo para dar valor a las dos ruedas.