Emilio Duró desde hace más de 30 años trabaja como consultor, asesor y formador para importantes empresas multinacionales. Esta tarde es el ponente que cierra el congreso motivacional “Ahora ilusión” que arranca a las 12.00 horas en el Teatro Ramos Carrión.

–¿Cómo se levanta uno con ilusión todos los días?

–Siento decepcionarle, pero no me levanto con ilusión todos los días. Soy como todos, unos días estoy feliz y otros, triste, y lo peor es que, a menudo, desconozco el motivo. Peso sí es cierto que hay muchas formas para aumentar el grado de ilusión con el que nos levantamos. Antes de acostarse piense en las cosas buenas que ha tenido durante el día, agradezca a sus seres queridos estar con ellos, recréese en un momento feliz que haya vivido, no se quite horas de sueño, utilice técnicas de relajación y respiración, visualícese con imágenes de como le gustaría ser… Al levantarse sonría, cante en la ducha, hago algo que le aumente su autoestima, háblese en positivo, si puede haga algo de gimnasia, póngase sus mejores galas, visualice el día con un final feliz.

–Crisis es una palabra que nos rodea, pero usted esgrime que es peor la falta de motivación y la falta de pasión.

–La palabra crisis significa peligro y/o oportunidad. Nuestra forma de pensar condiciona nuestra vida y lo que percibimos de ella. Por eso somos nosotros mismos quienes creamos nuestra realidad. Le pongo un ejemplo, esta entrevista, a algunas personas les gustará y a otras no. Eso significa que la realidad no existe y que es modificada por nuestros pensamientos y expectativas. La televisión, la radio, y la prensa nos bombardea constantemente con noticias tristes y negativas, pero objetivamente vivimos en un mundo con más avances y comodidades que nunca. Somos de las pocas generaciones que no ha vivido una guerra, hemos triplicado la esperanza de vida en los últimos 150 años y han aumentado las depresiones o la ansiedad. Conocemos que por cada emoción positiva tenemos 21 negativas. El motivo es simple, estamos preparados genéticamente para sobrevivir y no para vivir. No se trata de poner años a la vida, se trata de poner vida a los años. Todos hemos comprobado que la mayoría de los fracasos en la vida suelen ser por causas emocionales y no únicamente racionales. Se nos ha entrenado para resolver problemas técnicos, pero no sabemos como convivir con situaciones emocionales que nos desconciertan. La pasión, la motivación, el enfocarnos siempre en el presente que depende de nosotros y no en el pasado que no se puede cambiar, serán unas de las llaves del éxito en un sentido amplio.

La pasión, la motivación, el enfocarnos siempre en el presente que depende de nosotros y no en el pasado que no se puede cambiar, serán unas de las llaves del éxito en un sentido amplio

–Para estar ilusionados ¿tenemos que relativizar los problemas?

–Hay una frase que da que pensar: no te preocupes demasiado por la vida que nadie sale vivo de ella. Todos valoramos los problemas de forma subjetiva en función de nuestras creencias y situaciones. Trato constantemente con personas con muchos problemas físicos, psicológicos y me doy cuenta de que todo lo que tengo me ha sido dado, que muchas veces no he hecho nada diferente a ellos, que la vida cambia en un instante, por eso sigo preguntándome por qué nací. Creo que ese es el problema.

–Explíquese.

–Hemos creado un mundo basado en el éxito material, buscando el placer a corto plazo y hemos eliminado el sentido de trascendencia basado en el amor y en hacer la vida fantástica a los que nos rodean. El Papa Francisco tiene una frase demoledora: “nunca se ha visto un féretro seguido de un camión de mudanzas”. La palabra triunfo se ha ligado a logros materiales y no a lograr nuestra mejor versión. Todos buscamos respuestas a ¿cómo vivir?, cuando quizás la pregunta sea ¿por qué vivir?

Emilio Duró

Emilio Duró

–Actualmente se otorga importancia a triunfo y al poder económico sobre el lado emocional. En su opinión, ¿hay que corregirlo?

–Nuestros antepasados vivían pocos años, morían jóvenes y fuertes. La supervivencia dependía de la fuerza física y el poder. Este pasado cavernícola nos hace sentir miedo, sin duda el mayor causante de la infelicidad, que hace que no variemos nuestras costumbres, (miedo al cambio); no intentemos luchar por alcanzar alguno de nuestros sueños, (miedo al fracaso); comamos más de lo necesario y tengamos la necesidad de acumular para el futuro, (miedo a la supervivencia) hagamos lo que gusta a los demás, aunque a nosotros nos desagrade, para no defraudarlos, miedo al rechazo ... con miedo no se puede lograr todo nuestro potencial. Millones de años de evolución han conformado nuestra estructura craneal en tres cerebros diferenciados: reptiliano cuya principal misión es mantener los procesos biológicos de la vida; límbico. que rige nuestras emociones y racional, donde residen los conocimientos. Esto hace que en el futuro tengamos el reto de llenar de contenido nuestra vida buscando el equilibrio entre los tres cuadrantes: físico, emocional e intelectual. Pero necesitamos desarrollar el cuadrante espiritual para darle sentido a la existencia. Creo que la vida está en manos de aquellas personas que sueñan y tienen el coraje de perseguir sus sueños. No dejemos de luchar con alegría para conquistar una vida apasionante para todos, soñando imposibles y sin dejar de ser niños.

Creo que la vida está en manos de aquellas personas que sueñan y tienen el coraje de perseguir sus sueños

–Usted dice que es la historia de un fracaso, pero un fracaso que ha llevado a triunfar.

–Todos somos historias de fracasos y éxitos. Coincido con Joaquín Sabina cuando dice “he defraudado a todo el mundo, empezando por mí”. No recuerdo quien dijo “cuando me juzgo a mi mismo me doy pena, pero cuando veo a los demás tengo cierta esperanza”. Somos lo que pensamos. Y como constantemente tenemos nueva información, somos personas diferentes en cada momento. Por eso, en función de cuando me entreviste, le puedo dar una respuesta o la contraria. Ni soy un fracaso ni tengo éxito. Depende del día.

Emilio Duró Cedida

–En una de sus ponencias decía que si llevas un negocio y no eres feliz es mejor que quiebre para que puedas alcanzar la felicidad. En su opinión ¿la felicidad tiene que ser nuestro motor?

–Sin lugar a dudas la felicidad a largo plazo, que tiene que ver con ser aquello que deseamos ser y por lo que ser recordados, es lo que nos permite levantarnos con ilusión cada día. Sé que no todo depende de mí, pero sí mi reacción ante los acontecimientos. Por eso uno de los temas más estudiados en la actualidad es la búsqueda de la felicidad de las personas, ya que sabemos que nuestro rendimiento tiene una relación directa con nuestro estado de ánimo y, viviendo tantos años, podemos afirmar que gran parte de nuestros logros dependen de nuestra actitud y forma de afrontar la vida. La gente positiva y optimista rinde más que los demás. Un gran médico definía la felicidad como una mala memoria y una buena salud. Quizá el problema sea desaprender y no aprender. Yo apuntaría que todos vamos a morir, pero tenemos que conseguir que nuestra vida haya valido la pena.