La existencia de una cripta bajo la capilla del Cristo de las Injurias que se intentará pueda ser visitada por los hermanos ha sido una de las novedades de la asamblea de la Cofradía del Silencio de Zamora, conocida durante la intervención del capellán, Paco Díez, quien propuso también actividades con los niños y animó a los hermanos a que vivan la Semana Santa aunque no hubiera procesiones, no porque las vaya a prohibir el obispo, Fernando Valera, que está por la labor de celebrarlas, sino por posibles restricciones de las autoridades sanitarias.

El presidente, Rufo Martínez de Paz dijo a los reunidos en el Seminario que este año hay 180 nuevos hermanos, 80 de ellos mujeres, aunque no se prevé que tan alto número provoque problemas de organización. De momento la idea es evitar aglomeraciones y la mascarilla, por lo que se mantiene el paso por las estrechas rúas a la espera de si es obligado variar el recorrido en función de lo que concreten las autoridades sanitarias.

La restauración: 7.000 euros

Para finales de este mes es espera el regreso a Zamora de la mesa del Cristo de las Injurias que está desde el verano en Sevilla recibiendo un baño de oro con el fin de recuperar el esplendor original perdido a lo largo de los años. Siete mil euros cuesta la restauración. También se ha colocado el doble banzo en el Pebetero de la Torre de El Salvador, que ha cambiado de jefe de paso, tras la dimisión por motivos personales de José Antonio Lucas (ha dejado también la directiva), sustituido por Alfredo Rodríguez Tuda, elegido de la terna propuesta por los hermanos de paso.

Velas y revista, de nuevo el papel, se distribuirán este año en la sede, con un contratado.