El miedo y la prevención frente al COVID mantienen a los zamoranos en alerta. Tal es así que las mascarillas quirúrgicas y FFP2 continuaba siendo parte esencial de la indumentaria de los ciudadanos que transitaban por las calles céntricas de la capital ayer, primer día de entrada en vigor del Real Decreto que libera de esta medida sanitaria en espacios abiertos. De esa prevención hablaba Emilio Diéguez que, sin atreverse a juzgar si la decisión es adecuada o no, manifestaba a este diario que “la seguiré usando porque vivo con una persona mayor que tiene patologías y debo cuidarme para cuidarlo”. Si bien cree que “llevamos mucho tiempo con mascarilla”, considera que “debemos protegernos. Si tuviera que tomar la decisión, no sabría qué hacer”.

Por contra, Pilar Menéndez tiene muy claro que es necesario continuar con la mascarilla porque “el bicho sigue ahí, yo lo pasé ligerísimamente”, apunta convencida de que “esto es un tema político, ahora les interesa quitarnos esta medida y, dentro de nada, en los sitios cerrados también”. Explica que “soy alérgica y me viene fenomenal. Cuando llegue el verano igual no me la quito, no lo sé”.

Encuesta a pie de calle en Zamora.

De la misma opinión es su amiga, Teresa Pérez, que también ha pasado el COVID con pocos efectos por la vacuna. “No está la pandemia como para quitar esta medida, es un riesgo” y añade que “hay mucha gente reacia a vacunarse”. Igual que Pilar, entiende que esta determinación es “una cuestión política, cada vez dicen una cosa, según los intereses. Se contradicen constantemente, es verdad que es una cosa nueva y se va dando palos de ciego, pero no tienen un criterio definido y a los ciudadanos nos vuelven locos”.

La joven Transi Barrios ha decidido que solo hará uso de esta protección cuando acuda al centro de Zamora “porque cuando hay mucha gente todavía me da miedo y me siento más segura”. La relajación llega en su barrio de San José Obrero, “me la quito porque no te cruzas con tantas personas”. Sigue sintiendo “respeto” hacia al COVID, “no hay riesgo, pero llevamos dos años y cuesta el cambio”.

Miguel Montalvo, camina sin mascarilla: “Sin grandes aglomeraciones no creo que haya riesgo real de contagio”. Además, “en algún momento, debemos normalizar que el virus se quedará”. Subraya que existen medidas “más eficientes para hacer frente a la pandemia como la vacunación colectiva y la inmunidad”. El joven critica “el contrasentido de que en interiores, donde hay más probabilidad de contagios, te la quites, mientras que hay estudios de física que demuestran que en exteriores el riesgo es prácticamente cero”.

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Tránsito Andrés descubre su rostro sin temor, “creo que la gente vive con miedo, a mí me parece que en los espacios al aire libre no es necesario la mascarilla, hay calles en las que no pasa nadie". Alude a las consecuencias sociales de esta medida de seguridad, que "nos está distanciando un montón”. La zamorana no se muestra sorprendida porque la mayoría de los ciudadanos lleve protegida su nariz y su boca "porque la primera vez que se podía ir sin mascarilla ocurrió lo mismo, hay gente que no se la ha quitado nunca, ha enlazado la permisividad de retirarla con la prohibición". 

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