Las obras de remodelación de las antiguas escuelas del barrio de Pinilla —puestas en marcha a raíz de un taller municipal de formación y empleo sobre construcción— han dejado sin instalaciones para diferentes talleres a más de un centenar de vecinos del barrio, que acudían a este edificio para asistir a clases de manualidades o sevillanas o incluso para preparar los disfraces de las próximas fiestas de Carnaval.

Los damnificados sabían que las obras se iban a poner en marcha, pero se les había señalado que se harían de forma escalonada, por lo que podrían utilizar el edificio en diferentes espacios, según fueran avanzando los trabajos, consistentes en acondicionar las antiguas escuelas con el cambio de ventanas, así como mejorar el revestimiento y, por consiguiente, ganar en ahorro energético. Unas mejoras que los vecinos entienden que les repercutirá favorablemente, pero que, en la actualidad, les ha dejado sin espacios para desarrollar sus actividades.

“Como usuarios, nos vemos en la calle por las obras que se están realizando en las escuelas”, denuncian los afectados, que aseguran que utilizan estas salas de forma diaria en un edificio que también alberga una biblioteca, puesta en marcha por la asociación de vecinos El Puentico hace ya cuatro años.

“A mediados de enero nos comunicaron que se iban a poner en marcha con las obras pero al tener las escuelas varias clases, nos dieron a entender que empezarían e irían acabando aula por aula, para así poder seguir utilizando las instalaciones”, recuerda este colectivo. Una suposición que ha resultado no ser cierta. “Nuestra sorpresa ha sido mayúscula cuando fuimos y vimos que habían empezado en general por todo el edificio. No hay sitio donde no hayan hecho algo ya, por lo que las escuelas ahora no se pueden utilizar, así que nos vemos de repente en la calle”, lamentan los usuarios habituales, quienes denuncian “falta de previsión y falta de empatía con la gente que estamos usando las escuelas”, apuntan.

Baños de las antiguas escuelas del barrio de Pinilla.

Baños de las antiguas escuelas del barrio de Pinilla. Cedida

Cables eléctricos por el suelo, grifos abiertos por los que sale agua sin parar o ventanas sueltas “con el consiguiente riesgo de que se caigan” son el panorama con el que se encontraron estos usuarios, que se pusieron inmediatamente en contacto con la asociación de vecinos El Puentico del barrio de Pinilla, para trasladarle la situación. “Nos aseguraron que iban a intentar ayudarnos para llegar a un posible acuerdo pero, por lo visto, no han podido mantener una reunión con responsables del Ayuntamiento para explicar lo que ocurría en las antiguas escuelas y buscar una solución que beneficie a todas las partes”, apuntan.

Por esa razón, entienden que la asociación vecinal “haya tomado la decisión de cerrar las escuelas hasta el final de las obras”, que les han anunciado que están previstas para finales del mes de agosto, “así que ya tenemos todo el curso perdido”, razonan. “La asociación ha solicitado varias reuniones con el Ayuntamiento, pero no han tenido respuesta”, apuntan los vecinos, por lo que comprenden la determinación de la asociación. “La entendemos perfectamente, pero ello implica que más de cien personas nos veamos en la calle, por esa dejadez y falta de previsión”, manifiestan.

Una falta de previsión que señalan que no se ha tenido tan solo con ellos, que llevan más de dos años utilizando este edificio para actividades de todo tipo, sino también de cara a las próximas elecciones autonómicas, que se celebran este domingo, 13 de febrero, puesto que las escuelas de Pinilla es uno de los colegios electorales de la capital, precisamente para que los vecinos de esa margen del río ejerzan su derecho al voto. “No sabemos qué van a hacer o cómo van a adecentar estas aulas para que se puedan utilizar para el domingo”, alertan para finalizar.