Aunque el esplendor nunca lo perdió, las fechas del tradicional mes de febrero sí, de hecho, el pasado año tuvo que repartirse entre mayo y junio por mor del coronavirus chino.
El buque insignia del flamenco zamorano está de cumpleaños: un cuarto de siglo programando flamenco de vanguardia y de muchos quilates. Por aquí ha pasado los mejores en el cante, en el baile, en el toque y en los jaleos. Y esta edición no va a ser menos.
La mala noticia es que Daniel Pérez, primer director, impulsor y alma mater de nuestro entrañable teatro, se ha retirado. Los años no perdonan. Vayan desde estas páginas un fuerte y prolongadísimo abrazo de modesto homenaje y sentido agradecimiento.
La buena es que el relevo en la persona de Chema Esbec hace que estemos en excelentes manos. Director intrépido, amante decidido de la cultura, con probadas cualidades de liderazgo y profundamente formado.
Hoy jueves, a las veintiuna horas, el cante y el toque de nivel harán su aparición sobre las honorables tablas del decano coliseo.
Israel Fernández volverá a Zamora, lo hará al mismo escenario en que lo hiciera por vez primera el 7 de junio 2018, de él publiqué en estas mismas páginas de La Opinión – El Correo de Zamora lo siguiente: “Israel Fernández, sin ningún género de dudas es el mejor continuador, el más consistente y, de lejos, el más dotado de cultura flamenca de cuantos seguidores e imitadores clónicos haya tenido el genio de La Isla del León, esto es, José Monje Cruz, Camarón de la Isla”. No obstante, su presencia en Zamora en aquel entonces estuvo motivada por el estreno de su tercer disco dedicado la casa de los Pavón, “Universo Pastora”, especialmente a la más grade de esa saga, La Niña de los Peines, Tomás, Pepe Pinto y El Carbonerillo. Pero Israel no solo bebe en esas fuentes, también se nutre de Escacena, Cojo de Málaga, Antonio Chacón, Mojama, Corruco o Porrinas entre otros. Estamos por ello, ante un cantaor largo y profundo, con excelentes facultades vocales y en plena madurez artística, nacido el 14 de marzo de 1989 en Corral de Almaguer (Toledo) aunque de procedencia andaluza.
Estará acompañado por su alter ego con la bajañí, el jerezano Diego del Morao, un buen representante de esa casa tocaora, hijo de los malogrados Moraito y nieto de Juan Morao, además de sobrino nieto del gran patriarca del clan jerezano, Manuel Morao.
Sin duda, por todo ello, un comienzo de Ciclo sin desperdicio alguno.
