La Guardia Civil concluye en su informe sobre el vaciado de Ricobayo en julio de 2021 que “no se aprecia afección grave que atente contra al medio natural y la fauna” del embalse, de hecho los agentes del Seprona concretan que no tienen constancia, “ni se observa muerte de fauna existente” en la zona, según las diligencias a las que ha tenido acceso LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Una conclusión de la investigación policial que podría dar al traste con la querella contra Iberdrola y la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD por un posible delito contra los recursos naturales y el medio ambiente por el brusco desembalse de Ricobayo en esa fecha, causa que investiga el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Zamora.

La inspección pormenorizada del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil sobre la “drástica reducción de aguas del embalse” desde el principio de la presa, en Santa Eulalia de Tábara, en las inmediaciones de la Encomienda y en el curso del río Esla, apunta que los agentes localizaron “algunas masas de agua contiguas al curso del río que forman pequeñas lagunas” en las que “aparentemente no hay fauna piscícola alguna”.

El embalse, vacío este verano. E. F.

Respecto a los posibles perjuicios para el consumo de agua, el Seprona concreta que “no se tiene conocimiento de desabastecimiento de poblaciones”, si bien describe que “solo existe una corriente continua en cauce original” del río Esla. Apunta que “se ha podido verificar la existencia de agua para el consumo”, pues “existen pozos de sondeo para el suministro, excepto en Muga de Alba, que tiene un manantial”.

Poblaciones abastecidas

Hacen mención expresa al municipio de Villaflor que “obtiene el agua del embalse” pero que “se encuentra muy cerca del río, por lo que no se queda desabastecido”. El informe agrega que “la misma situación tienen las poblaciones de Muelas del Pan, con dos tomas de agua; El Campiño; y la toma de los chalets de Palacios del Pan”.

Frente a la aparente falta de perjuicio a la fauna y la flora, y los usuarios de los municipios indicados, los daños parecen claros para el riego de cultivos que dependen de esta presa, apuntan las conclusiones de la Guardia Civil al indicar que “el descenso del nivel de agua puede afectar al resultado de las cosechas, principalmente de las dehesas que utilizan el riego mediante pivots y otros sistemas”.

Entre los parajes incluidos en sus diligencias, están la dehesa Valdellope y la de Monte San Cebrián. En el primero de los casos, los agentes del Seprona exponen que “la captación de aguas”, situada entre Montamarta y San Cebrián de Castro, “se encuentra inactiva por el bajo caudal” del embalse. Los propietarios de la dehesa manifestaron a los guardias el 3 de agosto de 2021 que “no disponen de riesgo para las fincas”.

En el Monte San Cebrián, el Seprona constató que los terrenos estaban “totalmente desabastecidos”, por lo que los dueños optaron por hacer “obras en el lecho del embalse, al lado del cauce actual del río”, para colocar 400 metros de tubería e “intentar llevar agua hasta el pozo que da servicio de riego” a estos terrenos.

La captación que existe para dar cobertura a esas fincas con ayuda de una plataforma metálica con tubería, instalada en un rebaje del terreno, no podía cumplir su cometido durante el tiempo de vaciado porque al hallarse el “lecho vacío”, apuntan los agentes. El Seprona se encontró en su inspección con operarios con una retroexcavadora y un buldócer para sumergir otra plataforma en el interior del embalse, “junto al actual cauce del río”, para tratar de acceder al recurso hídrico y regar su dehesa.

Perjuicio a usuarios

Los que sí recogen los informes del Seprona son posibles perjuicios en la captación para suministrar a la urbanización del Esla que, “debido al descenso del nivel del agua, puede mezclarse con lodo del fondo, obstruyendo los filtros de la bomba y provocando desabastecimiento” a los usuarios de las viviendas. La bomba se encuentra en la mitad del río atada a un cable de acero que cruza el embalse.

Vagones accidentados en 1964. sepultado por el embalse. Jose Luis Fernández

Los agentes explican en concreto, en las conclusiones finales, que esa captación de agua mediante bombas para surtir a la urbanizaciones se ve interrumpida por “cortes en el suministro” al precisar de un constante mantenimiento en las instalaciones “para limpiar filtros atascados por el barro” y “para reparar las bombas”.

Los negocios

Las embarcaciones de recreo, los clubs de esparcimiento y otros negocios son otras de las actividades que, a juicio de la Guardia Civil, pudieron verse afectadas por el desembalse de Ricobayo que Iberdrola realizó en julio de 2021y que dejó las aguas en niveles tres veces por debajo de los registrados en el mismo periodo de 2020: 212 hectómetros cúbicos, frente a los 855 que tenía la presa en la misma semana del año anterior. En estas diligencias policiales se aporta un documento en el que la media de agua embalsada en esa misma semana en los últimos 10 años se cifra en 774 hectómetros cúbicos.

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Los representantes legales de Iberdrola y de la CHD declararán el 16 de febrero, “en calidad de querellados” ante la juez de Zamora que trata de “determinar la naturaleza y circunstancias” de los hechos denunciados y “las personas que en ellos han intervenido”. La Confederación Hidrográfica debe aportar al Juzgado “las actas y acuerdos de la Comisión de Desembalses, con las recomendación y acuerdos de caudal mínimo hasta el 30 de septiembre de 2001 para Ricobayo I Y II (no para toda la cuenta del Duero)”.

El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico debe informar de los precios de la luz en el mercado del uno de junio al 28 de septiembre de 2021; y “el porcentaje de luz consumido en España” y producido por “los distintos medios” o fuentes de energía eléctrica, según el auto judicial.