Los problemas de vandalismo que sufren los arrendatarios de los aparcamientos municipales del párking subterráneo de la plaza de la Constitución han provocado una “migración” de la planta tercera (en el sótano), la que tienen asignada, a la primera. La impunidad con la que cuatro ocupas han tomado posesión de esta zona de la instalación está detrás de esta decisión. “Hacen sus necesidades allí y en cualquier lugar”, incluidas las escaleras de acceso situadas a la derecha de la plaza, “incluso al lado de la entrada. El olor es insoportable”, explica uno de los afectados.

La indignación crece “porque nadie nos da una solución”, ni el Ayuntamiento de Zamora que les alquila las plazas ni la concesionaria del aparcamiento, que “nos dice que esta parte corresponde el Consistorio”.

La otra entrada a la instalación subterránea, situada al lado de un establecimiento comercial, se ha convertido en el lugar donde los cuatro hombres, que viven en la calle y duermen en cajeros o a la intemperie, utilizan para fumar droga. Se han adueñado del descansillo que da acceso a la primera planta, “aquí dejan las colillas y el papel de aluminio, y te los puedes encontrar “fumados”, no se puede pasar”, agregan quienes denuncian una situación que es ya insostenible.

Estado de los baños que usan los ocupas. Ana Burrieza

Los baños también han sido colonizados por estos “sin hogar” que “entran y salen como si esta fuera su casa, lo dejan todo perdido, se asean allí, y el personal de la limpieza del aparcamiento se tiene que encargar de ir retirando los restos de heces y orina”, denuncia otro usuario. Durante el día, su actividad se frena un poco, salvo en el habitáculo que usan, especialmente uno de ellos, “para drogarse, te lo puedes encontrar allí durante más de media hora, hasta que se le pasa el efecto” del subidón de la sustancia que inhala.

“Pedimos vigilancia para poder dejar los coches y evitar altercados”

Al anochecer, el trasiego de los ocupas es mayor, “entran con las bolsas de plástico en las que llevan sus pertenencias”, las dejan donde consideran, “da miedo entrar porque no hay vigilancia desde las 20.00 horas, cuando se va el personal” de la empresa concesionaria, exponen los arrendatarios de las plazas, que “ya advertimos a la empresa del párking que nos trasladábamos a la primera planta” por seguridad y “ya nadie deja el coche abajo”.

Planta en la que se han instalado los ocupas. Ana Burrieza

Aunque los ocupas no han causado daños importantes en los vehículos que se estacionan en este párking previo pago de un alquiler al Ayuntamiento, “sí que te encuentras que manipulan los retrovisores o apagan los cigarrillos en el turismo”. El miedo a que pueda ocurrir alguna desgracia está presente “porque entras con tu coche y no sabes si están o no, yo casi pillo a uno en una ocasión”, indica uno de los 40 inquilinos de estas plazas de alquiler municipal.

Los usuarios tratan de impedir que las tensas relaciones con estas personas, de entre 35 y 40 años, asentados desde hace unos meses en Zamora capital, puedan terminar en altercados, como ya le ha ocurrido a algún vecino que les ha llamado la atención por hacer sus necesidades al lado de la entrada o por desnudarse dentro de un cajero próximo, donde alguna vez se refugian por la noche o usan para dormir, “allí tienen un armarito, incluso”.

Las denuncias ante la Policía Municipal han sido en vano, “nos dicen que no es competencia suya, que es de la Nacional”. En el aire está la petición al Consistorio de vigilancia privada a partir de las 20.00 horas, cuando se va el personal del párking, “porque yo le pago un alquiler y quiero tener seguridad cuando entro”.