El escritor Félix García Hernán destila pasión. Habla con vehemencia tanto de su faceta de hostelero, a que ha dedicado prácticamente toda su vida, como de su quehacer como autor de novela negra. Con alegría detalla cada uno de sus proyectos e incluso alaba la ciudad de Zamora con la que ayer se reencontró gracias a la presentación de su última novela “Pastores del mal” en la librería Ler.

Este madrileño confiesa que la literatura “es una carrera de fondo” a la que él llegó de una manera “realmente peculiar”. “He empezado a escribir casi a los 60 años, pero desde los 14 años he trabajado en hoteles. Empecé de botones y llegado a dirigir grandes hoteles de lujo” relata este hombre que se dio cuenta de que no podía trabajar 16 horas al día. “Tenía que hacer cosas que me gustaran. Tenía una cosa que contar que no tenía nada que ver con los hoteles”.

Su primer texto comenzó siendo “muy romántico”, pero durante el proceso de gestación se tornó una novela de género. “Los personajes por la noche se pusieron todos de acuerdo”, dice entre risas. Ese primer volumen, “Tras el telón” que vio la luz a través de la autopublicación, narra el secuestro de una “prima donna” del Teatro Real. “Aquello se convirtió sin que yo quisiera en una novela negra y en el nacimiento del personaje del comisario Javier Gallardo”, testimonia.

Luego vendría “Desfiles de plata”, cuyos derechos compró TVE y que empezará a rodarse como película el mes que viene. “Estoy implicado en la producción del proyecto que dirigirá Javier Elorrieta” precisa Félix García que añade que “estar con Javier Elorrieta diseñando el guion... Realmente es un sueño para mí”.

El escritor madrileño también verá cómo su novela “Cava dos fosas”, editada por Alrevés, se transformará en una película que dirigirá David Pérez Sañudo tras haber comprado los derechos Atresmedia. “Mis novelas son tremendamente cinematográficas porque soy una persona muy cinéfila y quizá también porque por mi profesión siempre pienso que en el lector como si fuera un cliente. Me planteo antes de escribir si una escena es muy larga o bien demasiado corta”.

García regresa a las tramas policíacas una y otra vez porque “estás retratando la actualidad y la vida misma desde un punto de vista criminal”, comenta al tiempo que precisa que “en realidad lo que tienes que hacer es retratar a una sociedad y entretener mientras que una persona lee un libro”. Confiesa que un robo o un asesinado actúan de “enganche” para conectar con el lector y sostiene que “todos los autores que escribimos novela negra tenemos la responsabilidad de mostrar al lector una parte de la sociedad y dar luz sobre aquellos problemas que existen”.

Y precisamente su última novela, que le ha supuesto su confirmación como uno de los principales autores del género negro del panorama nacional, se sumerge en el turbio mundo de la pederastia. Para la confección de “Pastores del mal” el autor llevó a cabo una amplia investigación en la que habló con educadores, con policías, con víctimas o incluso con psicólogos. “Tuve serias dudas porque es un tema durísimo”, atestigua. “Corría el riesgo de que el lector empezara a leerla y optara por dejarla aparcada porque se sintiera abrumado o que no pudiera continuar con la lectura” por lo que rehusó “cualquier escena escabrosa” y comparte que las críticas dicen que “el texto es más impactante por lo que no digo, que por lo que digo”. Además, en este título García Hernán ahonda en la industrialización de la pederastia. “Detrás de la pederastia al igual que detrás de todas las lacras sociales como la droga, el tráfico de personas, se esconde el dinero”. El escritor madrileño , a mayores, sitúa la trama en ciudad tan dispares como Barcelona, París, Roma o Wisconsin.

Su fascinación por una Zamora con la que se ha reencontrado le mueven a asegurar que su comisario Javier Gallardo la visitará en una novela que está en proceso de escritura. “Uno de los escenarios que necesitaba no lo tenía localizado, quería que fuera un lugar no muy alejado de Madrid y Zamora encaja. A Javier Gallardo (el comisario de policía presente en todos sus textos) le encantaría venir a Zamora”.

Félix García señala que todavía le parece maravilloso que “alguien con la oferta de ocio que hay en el mundo actualmente, que no es como cuando yo era joven que había un canal de televisión, sacrifique horas de su tiempo libre para leer una novela mía”. El autor madrileño precisa que el proceso de escritura “al inicio se me hacía farragoso” sin embargo ahora se ha convertido en “maravillo”. Puntualiza que “cuando estás creando puedes jugar con los personajes y hacer lo que quieras con ellos con la carga de responsabilidad que conlleva... pero es una gozada” y agrega con sinceridad que también ha influido en el cambio “la aceptación que está teniendo lo que estoy escribiendo”.