El mensaje que envió a su expareja por el móvil, a través de la red social de WhastApp, y la visita que hizo al lugar de trabajo de la mujer le acaba de costar a un zamorano una condena a seis meses de prisión, puesto que tenía una orden judicial de no comunicarse por ningún medio con su pareja, tras la denuncia por violencia de género que todavía no se ha juzgado.

El imputado admitió ayer los hechos y se conformó con la pena solicitada por la Fiscalía. Tenía prohibido aproximarse a su excompañera sentimental, sin embargo, se presentó en su trabajo, por lo que la denunciante llamó a la Policía Nacional. La juez accedió a suspender la pena, siempre que no delinca en dos años.