Tras una celebración descafeinada el pasado año, cuando las restricciones sanitarias hicieron que la celebración se viera reducida únicamente a una eucaristía en la iglesia de San Vicente, donde tan solo pudo acudir un pequeño número de personas, la Cofradía de San Antonio Abad ha recuperado los actos para honrar al patrón de los animales.

Un pequeño con su mascota. | J.L.F.

Una de las tradiciones más arraigadas en Zamora, sobre todo entre quienes comparten su vida con animales, reside en llevar a las mascotas para que sean bendecidas y gocen durante todo el año de buena salud. La costumbre del día de San Antón volvió a estar presente en la capital, aunque con menor afluencia de propietarios y sus fieles amigos con respecto a las bendiciones carentes de mascarilla.

Los propietarios esperan la bendición de las mascotas. | J.L.F.

En la plaza de San Antolín aguardaban la llegada del santo desde el templo de San Vicente muchos perros, tanto de peluche, llevados por sus pequeños propietarios, como canes de carne y hueso. Entre ellos Doro, un ejemplar de 13 años maltratado y adoptada en la perrera de Cádiz que ahora camina ayudada con un andador. “Tuvimos que operarla, pero se ha ido recuperando muy bien. Es muy buena y venimos todos los años” comentó su actual propietaria mientras que se entremezclaba el repique de las campanas con los sones de la música tradicional de flauta y tamboril y gaitas que acompañaba a la comitiva del santo que recorrió varias calles del barrio de la Lana antes de que la imagen, llevada en andas, ocupara el porche de la iglesia románica.

También esperaban la bendición un gallo, algún gato y alguna tortuga e incluso un pollo “muy inquieto” bautizado con el nombre de Tarzán que pertenece a Anuncia, de Palacios, y que llevaron familiares de la propietaria al no poder hacerlo ella en persona. “Tiene molestias y a ver si con la bendición se le soluciona”, decían esperanzados mientras aguardan el turno para que el sacerdote José María Casado le lanzara agua con el hisopo. Una vez concluida la bendición, la Cofradía de San Antonio Abad, integrada por unos 130 hermanos, procedió a la subasta popular y posteriormente tuvieron la cena de la típica sanantonada en una jornada que comenzó con una eucaristía en San Vicente, donde entregaron los medallones a tres nuevos hermanos y cuatro, tuvieron el honor de ser mayordomos.