El número de hogares unipersonales no deja de crecer en la provincia de Zamora y ya son 23.500 personas las que viven solas en su vivienda. La tendencia es al alza desde hace prácticamente una década y cada vez son más los que optan por no compartir el día a día con nadie más. Los hay viudos, evidentemente, pero también solteros, divorciados, separados e incluso casados. Y la cifra es prácticamente similar por encima y por debajo de los 65 años, por lo que no es cuestión de edad. Eso sí, en el conjunto del territorio, son más las mujeres que los hombres. En total, la cifra asciende a un 13% de la cada vez más menguante población zamorana.

Los datos relativos a los hogares unipersonales ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística son absolutamente reveladores sobre una tendencia al alza. Por decisión propia o por circunstancias, la realidad es que cada vez más zamoranos viven solos en su domicilio. El pasado año, la cifra de este tipo de viviendas ascendía a 23.500 en el conjunto provincial, que son 300 más que las registradas tan solo un año antes, cuanto se contabilizaron 23.200 hogares.

Al abrir la muestra, se ve con claridad cómo este tipo de hogares ha ido creciendo en los últimos tiempos. En el año 2014, por ejemplo, eran 22.900 las personas que vivían solas. Un año más tarde, la cifra creció hasta los 23.200 para luego encadenar una serie de ejercicios en descenso con 23.100 en 2016, 23.000 en 2017 y 22.900 nuevamente en 2018. Pero, desde ese momento, no ha habido más que crecimiento hasta alcanzar los 23.500 actuales. Y eso, teniendo siempre en cuenta que el número de personas censadas en la provincia no ha hecho más que disminuir.

En todo este tiempo, por lo tanto, los hogares unipersonales se han incrementado en 600 en el conjunto provincial y las personas que viven solas son ya el 13% del censo de 168.725 personas actualizado a principios de este mes de enero. Detrás de esta tendencia se encuentran cambios sociológicos y otra manera de entender el envejecimiento, aunque también nuevos modos para las generaciones jóvenes. Vivir solo ya no es un estigma como lo era décadas atrás y por eso el modelo no deja de crecer año tras año, como así recogen las cifras del Instituto Nacional de Estadística.

Viudos y solteros suman la mayoría de estas viviendas

La tendencia al alza de los hogares unipersonales en la provincia de Zamora tiene que ver con diferentes realidades que, a menudo, no tienen por qué tener nada que ver entre sí. Entre las 23.500 personas que viven solas en el conjunto del territorio hay solteros, casados, viudos, separados, divorciados, hombres, mujeres, personas mayores y personas no tan mayores. No existe, en definitiva, un perfil definido acerca de este nicho. Al menos, de acuerdo con los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística.

La mayor parte de los hogares unipersonales de la provincia de Zamora se corresponden con personas viudas. Son 10.000 de las 23.500 personas contabilizadas en esta tabla y en este caso particular sí tiene que ver con el envejecimiento de la población. Muy de cerca le siguen las personas solteras, que son 9.100 las que viven solas en la vivienda en el conjunto del territorio. Entre ambas realidades suman la mayoría de este tipo de casas. A partir de ahí, las personas divorciadas aportan 3.000 hogares a esta estadística, por las 800 casadas y las 300 separadas.

De esas 23.500 personas que viven en hogares unipersonales, según el Instituto Nacional de Estadística, 10.800 son hombres y 12.700 son mujeres, que conforman la mayoría. Eso sí, la edad está cambiando de paradigma. En contra de lo que se podría pensar, las personas que viven solas no son todas mayores. Por encima de los 65 años existen 13.000 ciudadanos en este tipo de viviendas, pero más de 10.500 tienen menos de esa edad, lo que significa que también existen personas jóvenes que optan por este modo de vida anteriormente estigmatizado pero que cada vez gana más adeptos desde un primer momento.