La Diputación de Zamora sigue sin presupuesto para 2022. El equipo de Gobierno se ha atragantado con una tramitación engorrosa y con la existencia de determinados flecos que le han empujado a iniciar el ejercicio sin su propuesta aprobada. El propio presidente de la institución, Francisco José Requejo, anunció en el Pleno de noviembre su intención de presentar el borrador ante el órgano el viernes 3 de diciembre, pero el proceso se ha ido enredando de tal modo que 35 días más tarde todavía no hay noticias de la convocatoria.

En todo caso, el equipo de Gobierno mantiene la calma. Las fuentes consultadas confirman que el presupuesto está cerrado y que apenas faltan algunos detalles de índole administrativa para que su contenido se pueda debatir en el Pleno. Las miradas más optimistas apuntan hacia el viernes 14 de enero como fecha posible, aunque ese horizonte pasa por acelerar pasos como la habitual presentación previa o el envío del documento a los alcaldes y a los grupos de la oposición para su consulta.

Lo que no tendrá mucho misterio una vez se convoque el Pleno es el resultado de una votación que parece decidida de antemano. Los doce diputados del Partido Popular y el presidente Requejo, de Ciudadanos, conforman una mayoría absoluta de facto dentro de una corporación con 25 componentes. Los presupuestos están pactados y amarrados por el acuerdo entre ambas partes, por lo que la posición del PSOE, de Izquierda Unida y del resto de los grupos no influirá en el resultado.

A pesar de ello, el debate de los presupuestos sí sirve habitualmente para desmenuzar la propuesta del equipo de Gobierno y para medir el distanciamiento entre los dirigentes y los grupos de la oposición. El año pasado, tanto el PSOE como Izquierda Unida dijeron “no” a la propuesta del Partido Popular y Ciudadanos, que sí contó con el respaldo externo del diputado no adscrito, el también alcalde de Toro Tomás del Bien.

El debate del año pasado permitió, además, que el presidente Requejo realizara un anuncio público sobre la bajada del Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Aquella promesa cayó en saco roto por el desacuerdo del líder de Ciudadanos con sus compañeros del PP, que decidieron frenar la propuesta para evitar beneficiar a Iberdrola en plena crisis del vaciado de Ricobayo.

Todo apunta a que ese problema seguirá enquistado, con Requejo empeñado en la supresión del recargo provincial y con el PP dispuesto a mantener su postura mientras el escenario no cambie. A priori, esta se mantiene como la gran discrepancia visible de un equipo de Gobierno que presentará un presupuesto “realista, inversor y justo; el mejor que se ha elaborado hasta la fecha”, según aseguró el mandatario liberal.

Aparte de esos adjetivos, pocas cuestiones más han trascendido acerca de la elaboración de una hoja de ruta económica que deberá verse complementada por la aportación de los remanentes. Muchos de los proyectos para el año 2022 se financiarán por esta vía, incluidos los planes de obras, que volverán a copar una buena parte de la inyección económica de La Encarnación hacia los municipios.

Por lo demás, se prevé que Requejo y el vicepresidente primero, el popular José María Barrios, anuncien alguna novedad la semana que viene, antes de un Pleno que volverá a ser telemático para evitar riesgos sanitarios. La intención inicial era recuperar la presencialidad, pero esta vía resulta poco recomendable dadas las circunstancias de la sexta ola.

Así pues, los miembros de la corporación se verán las caras a través de la pantalla cuando todo quede dispuesto para la aprobación de los presupuestos. Pasado el trámite, la atención volverá a desviarse hacia una campaña que marca el inicio del 2022 en la política.