La crisis sanitaria no es el único problema que afrontan los negocios de la provincia de Zamora. El incremento de los costes, los precios de los locales o la propia situación demográfica y de desarrollo de la provincia suman también factores de riesgo para la propia supervivencia de determinadas empresas. En muchos casos, no se trata de grandes firmas, sino de tiendas de carácter familiar o de pequeño tamaño que tratan de sobrevivir en un contexto de “mercado muy competitivo”.

El propio José María Esbec, presidente de la CEOE-Cepyme Zamora, señala que la problemática del coronavirus disuade a la población de salir a comprar: “La gente que está confinada, obviamente no consume, y el resto acude menos a las tiendas”, lamenta a la vez que alude a otro tipo de cuestiones. Entre ellas, el representante de los empresarios cita la inflación y el incremento del precio de la luz como complicaciones para unos negocios que “intentan contener los precios” y que mantienen como “último recurso” el traslado de la subida a la clientela.

A su juicio, esa contención provoca dificultades económicas y, además, tiene fecha de caducidad si la tendencia alcista continúa. José María Esbec menciona a su vez los problemas particulares de Zamora y subraya que, después de dos años de pandemia, “se van acabando las fuerzas y también la financiación”; los negocios se quedan sin el colchón que tenían y afrontan un periodo de incertidumbre que marca el arranque del curso 2022. Todos esperan pronto el alivio del fin de la pandemia.

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