Zamora encara un año decisivo. Desde hace tiempo, todos lo son para una provincia que padece acuciantes problemas de desarrollo y que necesita dar un volantazo para cambiar de dirección. Así, 2022 aparece ahora con nuevas cartas que jugar y otro abanico de oportunidades abiertas para que las personas que aún quedan en el territorio tengan más recursos, y para que la zona resulte atractiva para quienes sientan el impulso de trasladarse. Por lo pronto, el año comienza con una campaña inminente y con elecciones en el horizonte de febrero, aunque la urgencia se sitúa antes en la pandemia, esa inseparable compañera de vida desde que el veinte llegó al calendario. El COVID vuelve a ser el gran reto, aunque no el único.

La sexta ola

La primera urgencia para Zamora y para el resto del mundo es controlar de una vez por todas la pandemia. Por ahí pasa el resto de las esperanzas. Sin salud y con incertidumbre, difícilmente puede haber desarrollo. Por ello, las primeras semanas del curso servirán para medir cómo discurrirá el ejercicio. Si el COVID empieza a dar respiro, la provincia podrá pensar en nuevos objetivos; si la atención continúa completamente desviada hacia la parcela sanitaria, tocará pelear con grilletes.

Los fondos europeos

El año 2022 se plantea como un ejercicio clave para gestionar el dinero procedente de los fondos comunitarios. La provincia afronta este escenario muy necesitada, pero también limitada por sus propias capacidades para absorber la inversión que puede llegar al territorio. El reto de las administraciones y de las empresas será exprimir al máximo lo que pueda venir y conseguir que la inyección económica revierta en proyectos útiles para el desarrollo de la ciudad y de los pueblos. Ya se han anunciado algunos proyectos concretos, pero la expectativa es que, en los meses venideros, acabe llegando un maná que sirva como estímulo de crecimiento.

Fiscalidad diferenciada

Otro de los objetivos de Zamora para 2022 pasa por dejar patente que necesita medidas específicas que ayuden al territorio a salir del agujero demográfico y de desarrollo en el que lleva décadas hundiéndose. Los primeros pasos en esa línea se dieron en 2021, con la nueva definición de zona despoblada aprobada en el marco europeo, pero este ejercicio ha de servir para plasmar ese reconocimiento en medidas tangibles que reporten beneficios a esos lugares castigados. Ahí aparece la cuestión de la fiscalidad diferenciada, cuya aplicación podría ser una realidad a partir de febrero, según deslizó el presidente de la Diputación, Francisco José Requejo, durante la reunión mantenida hace unas semanas con representantes del Ministerio de Hacienda, el organismo encargado de elaborar el listado de zonas beneficiadas por la medida.

Desarrollo de infraestructuras y proyectos

Otro paso para la modernización de Zamora se basa en lograr un empuje a las infraestructuras y los proyectos que las administraciones tienen entre manos. Dejando a un lado iniciativas como la de Monte la Reina o las necesidades en materia de carreteras, existen otros planteamientos que demandan avances. Ahí se encuentra el proyecto Puerta del Noroeste de Benavente, el corredor agroalimentario “espacio 602” que beneficiaría a Toro o los parques científicos que tienen planteados tanto el Ayuntamiento como la Diputación en diferentes parcelas de la capital. Del lado de la institución liderada por Francisco Guarido, el 2022 también se dibuja como el curso en el que han de progresar de manera decisiva obras como el nuevo parque de bomberos, el centro cívico, el conservatorio y, especialmente, la reforma del mercado de abastos, cuya ejecución pide la implicación de otros agentes para que Zamora cuente con un recurso destacado. Además, en el debe de todos, la construcción de un museo de Semana Santa a la altura de la Pasión zamorana emerge de igual modo como otra de esas cuestiones que ha de abordarse sin demora, aunque los plazos de las administraciones suelen entrenar bastante bien la paciencia.

DATOS

DATOS

La prestación de servicios

Zamora necesita que la prestación de servicios mejore para que los ciudadanos sigan viviendo en los pueblos o quieran trasladarse a ellos. La salida de Ciudadanos del Gobierno autonómico deja en el aire el futuro de la reforma sanitaria que dibujó en su día la Junta de Castilla y León, pero las constantes movilizaciones, las quejas de los usuarios y el propio contexto de la provincia obliga a pensar en soluciones para mejorar la atención. Pero no solo se trata de Sanidad. Otro de los focos de conflicto se sitúa, por ejemplo, en la exclusión financiera que padecen los habitantes de determinadas zonas o en los graves problemas de conectividad que siguen azotando a algunas comarcas y que convierten en una ilusión ficticia el teletrabajo en esos pueblos. El año que comienza ha de servir para que los ciudadanos de dichos entornos perciban avances en esas líneas.

Más pasos para dinamizar el turismo

Una de las cuestiones que más depende de la evolución de la pandemia es el desarrollo del turismo. Si el miedo al virus se acentúa, los viajeros guardarán sus maletas; si el COVID va reculando, lo razonable es pensar que Zamora regresará al punto donde lo dejó: es decir, al crecimiento sostenido de la cifra de visitantes. En este caso, la colaboración institucional parece ir viento en popa, con los representantes de la Diputación, el Ayuntamiento y la Junta siempre en buena sintonía para tratar de combinar ofertas y llevar a los foráneos tanto a la Catedral como a los Arribes o al Lago de Sanabria. El reto ahora es profundizar en la estrategia que busca situar a Zamora como epicentro del ecoturismo, para conseguir que el sector siga fortaleciéndose tras superar una etapa de elevada incertidumbre. En lo referente a las infraestructuras, se mantiene en el debe municipal y provincial la puesta en marcha de una oficina conjunta cuya apertura se anunció hace tiempo como inminente, pero que sigue sin convertirse en realidad.

Recuperación y estreno de tradiciones, ferias y fiestas

También como elemento dependiente del COVID, Zamora afronta el curso que acaba de comenzar con la ambición de recuperar antiguas costumbres y estrenar nuevas ideas. Aquí, la Semana Santa aparece como tradición estrella, pero las romerías, las fiestas patronales y otros eventos esperan también su turno en 2022. Por ahí están los carnavales, las águedas o las mascaradas que aún no han podido salir a la calle con normalidad. Además, la aspiración es que todas las citas importantes para la economía y el comercio puedan funcionar a pleno rendimiento, especialmente alguna de las que tiene en el nuevo año su puesta de largo. Ahí se ubica, sin ir más lejos, Fromago, la feria internacional del queso que nacerá en septiembre con el objetivo de convertirse en una referencia mundial para el sector y de convertir a Zamora en una fiesta en torno a uno de los productos estrella de la provincia, al menos durante los días que dure el evento. La Diputación ya ha ido anunciando participantes, con la idea de dar forma a un evento de máximo nivel. A falta de ocho meses, será una buena señal si para entonces la única preocupación reside en su acogida.