Hasta el momento los había en la Biblioteca Pública del Estado, en las municipales e incluso algún grupo de amigos leía libros para posteriormente intercambiar impresiones en una reunión. Ahora la librería LER, abierta recientemente en la ciudad, ha puesto en marcha su propio club de lectura.

La iniciativa ha partido de su propietaria, Marta Pérez, gran amante de los libros y bloguera literaria desde hace un tiempo, que, desde el convencimiento de que en “una librería tiene que fomentar la lectura”, lo ha impulsado informando de su celebración a través de las redes sociales y de carteles. “Está abierto a quien quiera participar. No tienen que comprar el libro en mi establecimiento e incluso hay gente que saca el título de alguna de las bibliotecas” existentes en la ciudad, testimonia. Sus múltiples contactos en el sector le han facilitado desarrollar sesiones con varios autores siendo la última con Enrique Llamas. “Todos ellos han colaborado generosamente y con él (Enrique) fijamos una fecha en la que él estuviera en Zamora” atestigua.

Con el día ya estipulado con el autor, desde la librería informaron a todos sus contactos de que el volumen que los interesados en participar debían leer correspondía a “Todos estábamos vivos”, la segunda novela de Enrique Llamas publicada el pasado año. “A causa de la pandemia he tenido menos contacto con los lectores de ahí que cuando me lo propusieron, no me lo pensara”, atestigua Llamas.

El escritor dedica un libro a una de las asistentes a la sesión. | | LER Zamora Natalia Sánchez

El encuentro partió de la reflexión a partir de la cual el zamorano gestó la novela. “Si yo, como homosexual, hubiera sobrevivido al VIH, que sigue siendo pandemia aunque nadie mire por ella, y probablemente no lo hubiera hecho. Eso fue lo que me llevó a contar una cara distinta de este movimiento” a veces demasiado idealizado, les comentó a las ocho personas, todo chicas menos un varón, que asistieron guardando todas las medidas de seguridad que impone el coronavirus.

Desde la manera de crear los personajes y de combinarlos con personas que existieron o incluso el uso de los adjetivos, dado que el autor otorga importancia a los detalles, planearon en una conversación distendida. “Siempre es un placer porque puedes hablar del libro con libertad, puesto que los asistentes ya lo han leído y no destripas nada”, comenta entre risas Llamas.

Esther González fue una de las participantes. Esta cordobesa siempre ha querido formar parte de un club de lectura y pese que a conocer que en la Biblioteca Pública del Estado hay varios a distintas horas, nunca había dado el paso. Sin embargo, cuando supo que LER ponía en marcha uno, acudió. Tras participar en el anterior club, que versó sobre un libro ambientado en la Primera Guerra Mundial, a esta mujer le sedujo el tener que leer un libro ambientado en la movida, un tiempo del que tenía referencias por amigos y por la serie “Cuéntame cómo pasó” y que fuera escrito por un zamorano. “Enriquece mucho conocer al autor, que estuvo muy cercano y te planteas cómo un chico tan joven puede crear unas descripciones tan buenas y una trama que te atrapa con los personajes” precisa. Además, tanto le estaba gustando el volumen que hasta su pareja comenzó a leerlo de manera paralela “aunque él no pudo asistir al club y lo siguió por Instagram”, atestigua.

“Fue gratificante porque nos vimos cara a cara y pude recibir impresiones sosegadas. Encuentros como este justifican el seguir escribiendo”, asevera Enrique Llamas, autor también de “Los Caín”.

En el horizonte de finales de enero o quizá febrero se encuentra la siguiente reunión del club de lectura. “Las propias chicas me han propuesto que hagamos uno de una lectura de fantasía” avanza Marta Pérez. Una manera más de fomentar la lectura.