Francisco Guarido ha decidido en este año 2021 abrir la caja de los truenos de la corrupción y ha destapado dos casos que afectan directamente al Ayuntamiento de Zamora, con una cantidad de dinero público presuntamente defraudado que supera los diez millones de euros. Una lucha que se ha tomado como personal y que continuará en los juzgados. Eso, reconoce, le está quitando tiempo de los quehaceres de alcalde. Una labor que le llevará a firmar en 2022 el inicio de cuatro importantísimos proyectos para la ciudad, como son la construcción del centro cívico, la del Conservatorio, la del nuevo Museo de Semana Santa y la rehabilitación del Mercado de Abastos. En lo político, lamenta lo “inoportuno” de las elecciones autonómicas, a la espera de encontrar dónde está Izquierda Unida en Castilla y León y de qué manera aparecerá en las urnas. Si es que aparece.

–No sabíamos que teníamos en Zamora un ayuntamiento corrupto hasta esta persecución que usted ha iniciado en 2021.

–O sí se sabía. Mucha gente lo sabía, pero nadie hizo nada. Cuando yo digo que aquí los temas están enquistados desde hace más de veinte años, lo digo con conocimiento de causa. Y este asunto es uno de ellos, porque mucha gente del ayuntamiento lo sabía y muchas empresas también. Denunciar la corrupción es duro. Primero, porque hay que tener pruebas. Y segundo, porque pones en un compromiso a los proveedores y las empresas. Esa limpieza corresponde al órgano político y así lo hemos hecho tanto en el ámbito de parques y jardines como en la recogida de residuos. Y creo que hemos logrado avanzar, porque ya está todo en los juzgados. En parques y jardines reclamamos un millón, mientras que a Zamora Limpia le reclamamos 9,7 millones.

–Eso, sin contar lo personal.

–En el primer caso, hay responsabilidades personales clarísimas. Y, en el caso de las basuras, las responsabilidades se determinarán con el paso del tiempo en los juzgados. Lo importante aquí es que estas actuaciones que nosotros estamos realizando suponen que la gente está tranquila en la calle. Saben que su dinero está bien guardado, que se emplea bien y que vamos a perseguir todas las irregularidades. Estamos haciendo algo que no hicieron gobiernos anteriores. Ni Rosa Valdeón, ni Antonio Vázquez. Está claro que algunas cosas se entreveían, pero nadie hizo nada. Nosotros sí, y es importante que la gente duerma tranquila en relación a quienes gobiernan.

–¿Hay más corrupción en el Ayuntamiento de Zamora al margen de estas dos cuestiones?

–Los dos sectores principales son estos y sobre ellos estamos trabajando para afianzar las denuncias realizadas. Las cosas hay que demostrarlas, hay que hacer peritajes y valoraciones. Estamos en un proceso que puede durar años y en el que el Ayuntamiento de Zamora se va a gastar dinero en abogados, pero estamos en la obligación. Por ahora, no vamos a revelar nada más. Solo digo que estamos trabajando en actuaciones que aseguran que, en los dos casos, hemos hecho una actuación ejemplar. Y queremos recuperar el dinero. Si no todo, lo máximo que se pueda.

–En 2023 hay elecciones. ¿Teme que otro gobierno, si usted no revalida, deje el asunto en un segundo plano?

–Las actuaciones que estamos llevando a cabo garantizan que, gobierne quien gobierne a partir de 2023, el camino sea imparable. La denuncia que hicimos sobre Zamora Limpia la han apoyado todos los grupos, así que todos los grupos están en la obligación política de tirar del tema en los juzgados. Insisto en la voluntad política porque sin ella, en los juzgados, las cosas decaen en un principio. En este momento, ambos casos necesitan impulso político y que el que gobierna quiera realmente llegar al fondo del asunto, recuperar el dinero y dirimir responsabilidades. Estamos en ese punto en los dos casos. Y entiendo que Partido Popular y Partido Socialista tienen obligación de seguirlo. Aunque muchos aquí no supieron ver las cosas, nunca es tarde. Nosotros hemos abierto el camino e igual los ojos a otros partidos. Ojalá en 2023 la rueda del juzgado ya vaya sola.

–Se cierra el año 2021, que pretendía ser el de la recuperación tras el impacto de la pandemia. ¿Lo ha sido?

–Solo en parte. El turismo ha crecido exponencialmente con relación a 2020. Se han batido récords con respecto a 2019. Pero, eso solo es una de las tres patas que tiene esta ciudad. Las otras dos serían la hostelería y el comercio. Es evidente que la hostelería, con relación a 2020, está mejor, pero no ha recuperado los estándares anteriores. El comercio tampoco. Así que podemos hablar de una recuperación parcial. Vamos a ver si en 2022 podemos reactivar la economía con las grandes actuaciones que van a impulsar mucho el empleo.

–Una de ellas es la rehabilitación del Mercado de Abastos. ¿Cómo va a ser ese mercado alternativo en La Marina?

–Antes de nada, conviene hacer un resumen de la situación. Nadie ha hecho nada con el Mercado de Abastos en muchísimos años. Las licencias están caducadas, por lo menos, desde el año 2003. Persona que se jubilaba, puesto que se abandonaba. Nadie hizo nada. Y nosotros hemos logrado hacer un proyecto básico, estamos terminando el proyecto de ejecución y después haremos una actuación que supera los cinco millones de euros. En un principio, se valoró hacer la obra en dos fases, por plantas, pero los comerciantes estuvieron de acuerdo en que no era la mejor solución y que lo mejor era hacer un mercado provisional mientras duraba la obra. Finalmente, será en La Marina, justo en frente del Maestro Haedo, en todo el acerón e incluso cogiendo parte de las calzadas, que son amplias. Para nosotros será más caro, pero es la mejor opción. En verano podría estar funcionando.

–La Junta de Castilla y León acaba de autorizar que se firme el convenio con el Ayuntamiento para construir el centro cívico. ¿Cuándo comenzarán las obras?

–Esa firma del convenio, que es imprescindible, se encuentra ahora con una dificultad legal. Con la convocatoria de elecciones, la Junta no puede hacer actuaciones de logros porque lo prohíbe la ley. Yo creo que lo razonable es hacer un acto que no sea presentación de logros. Algo discreto. Que se firme y ya está. Espero que se haga en los primeros días de enero. A partir de ahí, está todo listo y solo es cuestión de plazos. Confío en que, en verano, esté la primera piedra.

–¿También en el nuevo Museo de Semana Santa?

–Van en paralelo. Solo queda firmar el convenio, esta vez a tres bandas, incluyendo a la Diputación Provincial. Y está también el Conservatorio Profesional de Música, que solo depende de la Junta porque nosotros ya hemos dado la licencia definitiva y bonificado el impuesto de construcción al 95%. Ahora es cuestión de que empiece la obra y creo que podrá empezar perfectamente en los primeros meses del año. Una actuación de más de 15 millones de euros para una ciudad como la nuestra es garantizar un futuro absolutamente extraordinario.

Francisco Guarido frente al mural de Delhy Tejero en el salón de plenos del Ayuntamiento. | Jose Luis Fernández

–La pandemia ha brindado a los municipios la oportunidad de beneficiarse de los fondos europeos, pero pareciera que el Ayuntamiento de Zamora no confía mucho en ellos.

–Eso es porque estamos trabajando con discreción, afianzando las cosas y dándolas a conocer cuando están realmente aseguradas. El trabajo que estamos realizando es para 2022, 2023 e incluso 2024. A nivel estatal y a nivel autonómico hay un caos bastante importante; entre otras cosas, por eso no se deberían haber convocado las elecciones. Nosotros estamos pidiendo subvenciones en todas las áreas que van saliendo. Algunas las tenemos ya concedidas y otras están en tramitación. A día de hoy, tenemos proyectos solicitados por valor de 13 millones de euros.

–Con lo cual, defiende que sí están preparados, en contra de lo que dice la oposición.

–Absolutamente. Podemos citar proyectos como un millón para eficiencia energética en el edificio municipal, 600.000 euros para eficiencia en varios colegios públicos, 650.000 euros para movilidad en el centro, 680.000 euros para reordenar el tráfico en la calle de Villalpando y construir un aparcamiento disuasorio junto a la vía del tren, en turismo pediremos cuatro millones de euros para un proyecto que ya anunciaremos, tenemos dos millones para proyectos de renaturalización de la ciudad… En fin, sí estamos preparados, lo que ocurre es que no conviene hacer solo y exclusivamente propaganda de estas actuaciones, sino que hay que trabajar con datos reales y cuando las ayudas están concedidas con proyectos sólidos. Eso evita frustraciones. Aunque ahora tenemos otras cuestiones en materia de proyectos que son igual de importantes.

–¿Cuáles?

–Hemos utilizado este mes de diciembre para sacar todo lo que teníamos pendiente a la Plataforma de Contratación del Estado. Se ha licitado, con adjudicación, la construcción del centro de protección animal, el nuevo vaso de la piscina, el campo de fútbol, los últimos derribos en la muralla, las obras de movilidad del centro, la tubería de Campo de Marte… Todo eso ha ido en los últimos días.

–Pero, una vez más, el Banco de España se ha quedado desierto y también el Museo Pedagógico. ¿Qué ocurre ahí?

–Es verdad que esas obras nos han quedado desiertas. Y también el ARI de Los Bloques. Con el Banco de España estamos intentando un procedimiento sin publicidad, cosa que nos permite la ley en esta situación. Respecto al ARI y el Museo Pedagógico, no va a haber mayor problema. Si se han quedado desiertas es porque están escasas de dinero. Es la ley del mercado. Simplemente hay que dotarlas de más dinero, del que haga falta. Lo que hay que hacer es un proyecto realista. Las cosas están cambiando en el último año; los precios de la energía, materias primas, cemento, aluminio, hierro… Todos los materiales con los que se hacen las obras han crecido exponencialmente y los proyectos estaban hechos desde hace un año, por lo que se han quedado desfasados. Se va a arreglar en el mes de febrero una vez se haga la liquidación del presupuesto.

–Pero, antes de eso, ya hubo contratos de obras que se quedaron desiertos.

–Solo el Banco de España.

–¿No cree entonces que haya un problema en el sistema de adjudicación municipal, regido en base a criterios puramente económicos?

–Es que, si queda desierto, no hay problema de criterios, lo que hay es un problema de dinero. De todos modos, en el Banco de España sí que había un sobre B, que significa que no solo puntúa lo económico y el plazo de garantía, sino la calidad en la presentación de la obra. Pero, si no hay licitadores, no se puede hacer nada. Por cierto, también hemos sacado adelante importantes contratos, no solo obras, aunque se hable menos.

–Jardines y basuras.

–Son servicios que afectan a la economía de la ciudad y al bienestar de los ciudadanos. Estamos intentando que se pongan en marcha cuanto antes, máxime en la recogida de residuos y limpieza viaria, donde la empresa está deseando hacer borrón y cuenta nueva y empezar cuanto antes. En parques y jardines, estamos pendientes de si se recurre o no. Este es un sistema garantista en exceso que debería modificarse. Es insufrible para las administraciones públicas y debería haber cambios.

–¿Y qué piensa hacer ante el abandono del Casco Histórico?

–Es cierto que sigue siendo un punto importante a recuperar. No puede estar despoblado, pero no existe una solución única. No todo es hacer un nuevo Plan Especial, necesitamos colaboración de muchas administraciones. Por nuestra parte, tenemos que habilitar un sistema de construcción de viviendas bastante más ágil y con mayor densidad de edificabilidad que el actual. Es un debe que tenemos.

–¿Se plantean esta zona como posible lugar de promoción de viviendas sociales?

–Lo que ocurre es que la vivienda pública es una competencia exclusiva de la Junta de Castilla y León. El Ayuntamiento tendría dificultades enormes para hacer vivienda pública desde cero porque no es una competencia propia. Nosotros sí estaríamos dispuestos a dar todos los metros cuadrados de suelo que la Junta necesite para que lo haga, pero sería muy difícil que nosotros lo ejecutáramos.

–¿Qué le ha parecido el adelanto electoral de Mañueco?

–No es el momento, porque la situación sanitaria no es la óptima y tenemos pendiente la gestión de los fondos europeos. No obstante, si así es, habrá que hacer lo posible para que haya un cambio de rumbo en el Gobierno de la Junta. Desde luego, lo que quiere el Partido Popular es comerse a Ciudadanos y gobernar con mayoría absoluta. Eso lo sabe todo el mundo.

–¿Va a votar usted a Mañueco como así le ha pedido Clara San Damián?

–Nosotros sabemos ver la situación óptima que vive la capital con relación a esos cuatro proyectos importantes que son el centro cívico, el Conservatorio de Música, el Mercado de Abastos y el Museo de Semana Santa. Pero, con o sin elecciones, son proyectos que iban hacia delante de manera clarísima. ¿Es motivo eso para votar a Mañueco? Pues no. A los partidos los votan sus militantes. Y luego, la gente de la calle, vota a quien cree que debe de votar. En este caso, creo que es al revés. Hay una gran parte del Partido Popular que vota a Izquierda Unida. Es absolutamente lo contrario de lo que plantea la delegada; son ellos los que nos votan a nosotros en lo local, porque saben que con nosotros tienen tranquilidad, que las irregularidades se persiguen, que vamos a gastar bien el dinero y que vamos a tener sensibilidad social con la gente que llega peor a final de mes. Está claro que de algún sitio tiene que salir ese 50% de voto que tenemos y creo que sale de una sociedad no tan polarizada como en las elecciones generales y sí más transversal en lo local.

–Y, pese a esto, hay ahora un nuevo ciclo electoral sin que nadie sepa en qué punto está Izquierda Unida.

–Es verdad. No sabemos dónde está Izquierda Unida y lo tenemos que saber en los primeros días de enero, que es cuando se deciden las coaliciones electorales.