Su proyecto de colaboración con una organización no gubernamental que trabaja en un pueblo de Etiopía donde quieren poner en marcha una biblioteca desde cero, donde tienen que llevar a cabo una catalogación sin internet, lo que implica el regreso a las fichas y al registro manual con códigos de barras, le sedujo como bibliotecario que es profesionalmente y, sobre todo, un viaje a La India en el año 2019 para efectuar un curso de cooperación internacional y para ayudar a “Semilla para el cambio” le abrieron los ojos.

“La mayor vergüenza” del ser humano

“En mi estancia en la India veo por primera vez el hambre en primera persona, no a través de pantallas o de fotografías que es como nos llega a nosotros en el primer mundo” testimonia el escritor zamorano Mario Crespo, quien acaba de publicar el ensayo “La vacuna contra el hambre”, donde mezcla la narrativa y ensayo con el objetivo de acercar e informar sobre el problema de índole mundial.

El autor de varias novelas, entre las que se encuentran títulos como “LS6”, distinguida en el Festival du Premier Roman de Chambéry y traducida al inglés, “Cuento kilómetros”, “Biblioteca Nacional”, “La 4ª” o “La casa de las alfombras”, asegura que entre todo lo que descubrió “me impacto mucho la malnutrición infantil” ante lo que reaccionó como “creo que lo hubiera hecho cualquier persona, en primer lugar me estremecí y luego reflexioné sobre si no tiene arreglo”. El zamorano también empatizó con la situación que viven millones de padres tras una experiencia vivida en sus carnes tiempo atrás cuando su hijo tenía tan solo tres años. “Nos quedamos atrapados en un atasco y solo tenía un paquete de galletas. Mi hijo durante un tiempo muy controlado tuvo hambre. Nosotros sí tenemos la posibilidad de comprar comida cuando sentimos esa necesidad, pero esa situación me hizo ponerme en el lugar los 300 millones de padres que no pueden alimentar a sus hijos a diario o que tiene dificultades para hacerlo”, puntualiza el autor de “La vacuna contra el hambre” que presenta como portada una escena familiar de La India, una estampa inmortalizada en una fotografía por el propio Crespo y que Azul Espacial ha convertido en un dibujo.

El escritor en su primer ensayo, donde da cabida anécdotas, a ejemplos de películas o a narrar vivencias experimentadas por el autor en su estancia en La India, ha intentado acercar a una realidad muy amplia pero huyendo de tecnicismos para “para trasladar el problema a cualquier lector y ponerlo delante de un espejo y decir mira esto es lo que está sucediendo y nosotros estamos de espaldas”.

Mario Crespo se muestra taxativo y sentencia que el hambre “es la mayor vergüenza a la que se enfrenta el ser humano y sin embargo apenas sale en los medios de comunicación y apenas le damos importancia” porque “simplemente lo desconocemos, es invisible, está oculto para nosotros” en los países ricos.

El autor aporta datos tan contundentes como que la FAO estima que “hay más de 800 millones de personas en el mundo que están en una situación de inseguridad alimentaria esto significa que aproximadamente el 9 % de la población mundial sufre una subalimentación”, la mayoría de ellos viven en Asia África y América central, pero “no solo”, también los hay en Occidente, pero “en esta zona existe un mayor escudo social con asociaciones o parroquias donde siempre puedes recurrir a para tener una comida al día”, menciona.

En términos de producción de alimentos, el hambre “sí tiene solución”, pero el problema que hay es que “los alimentos están mal distribuidos”, esgrime Mario Crespo quien añade que no tiene una solución a este problema mundial donde convergen “muchos factores y muy complejos desde históricos, políticos, geopolíticos, económicos... por el abuso que de alguna manera hacen los países del Primer Mundo, a nivel de gobiernos, sobre los países más débiles que tienen menos recursos”.

El colaborador habitual en prensa escrita señala que en los países ricos la necesidad de alimento está cubierta, sin embargo “si en una zona de África oriental, donde la agricultura es de subsistencia, viene una mala cosecha por factores climáticos, por poner un ejemplo, se puede producir una hambruna con todo lo que lleva asociado”.

Respecto a cómo está afectando el COVID al hambre, el zamorano apunta que “es muy difícil tener datos actualizados” incluso para la propia agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner fin a esta otra pandemia, pero “se estima que se está produciendo una regresión en lo que era el desarrollo internacional”.