Era un empeño que tenían desde hacía tiempo y, gracias a la colaboración de la Asociación Amigos de la Ópera de Zamora, hicieron finalmente su sueño realidad. La directiva del Centro Zamorano de Buenos Aires sabía de la existencia de una popular zarzuela inspirada en la comarca de Sanabria, pero no eran capaces de encontrar en Argentina las partituras de esta obra musical. Un gran escollo solucionado con la colaboración desinteresada de Amigos de la Ópera, con su presidente Luis Santana y su secretaria Marga Molina a la cabeza. “Ellos hicieron llegar al centro zamorano la partitura completa de la obra”, agradecen.

Un momento de la representación de la zarzuela zamorana. Cedida

Se trata de “El cantar del arriero”, con música del maestro Fernando Díaz Giles y libreto de Serafín Adame y Alfonso Torrado, que se estrenó en el Teatro Victoria de Barcelona el 21 de noviembre de 1930 y fue presentado en Madrid medio año después, el 21 de mayo de 1931 en el Teatro Calderón.

La acción transcurre en una venta situada en la carretera que conduce a Puebla de Sanabria, frecuentada por arrieros y gracias al Centro Zamorano de Buenos Aires la historia volvió a cobrar vida en la sede de la Federación de Sociedades Españolas, que cedió para este estreno sus instalaciones, un emblemático edificio de la Asociación Patriótica y Cultural Española de la Ciudad de Buenos Aires.

El cuerpo de baile, durante su intervención en la zarzuela. Cedida

La Junta de Castilla y León apoyó esta propuesta cultural, con la colaboración de la Federación de Sociedades Castellanas y Leonesas de Argentina y la producción del Centro Zamorano de Buenos Aires. La dirección de la obra estuvo a cargo de la profesora Liliana Montil, recientemente galardonada con la Medalla de la Hispanidad.

Fueron los encargados de interpretar a los personajes principales, Lorenzo y Mariblanca, el barítono argentino-español Leonardo López Linares y la mezzosprano Guadalupe Maiorino, secundados por los tenores Norberto Gaona, Tomás Eckart y Luis Cejas, además de la soprano Sonia Terricabras y el actor Paco Ortega. La actuación se completó con el ballet Luna Morena y el piano de la maestra Rita Casamajor.

El coro que participó en la zarzuela. Cedida

El público disfrutó con esta puesta en escena y no dejó de aplaudir a los artistas, que se acercaron tras la obra a los espectadores para charlar sobre la experiencia “y con la firme promesa de una próxima presentación, tal vez en algún teatro de Buenos Aires, para poder desarrollar la obra en forma completa, con todo lo que una producción de esta envergadura merece”, subrayó el presidente del Centro Zamorano de Buenos Aires, Alfredo Miranda.