La entrada principal del Teatro Ramos Carrión luce desde hoy la obra "La Golondrina", de Antonio Pedrero, una pintura concebida a modo de friso mural que pasa por ser una de las composiciones "más representativas" de los artistas locales en el siglo XX. Se trata de una representación del bar familiar del autor, que plasmó en la tela el ambiente de aquel local.

La obra se colocó a finales del año 60 en el propio bar y permaneció allí hasta 1974. Más tarde, la pintura terminó en el hogar de Antonio Pedrero hasta que Caja España la adquirió en 1982. Cuarenta años más tarde, y gracias a la mediación de la Diputación con Fundos, la organización que gestiona el patrimonio de la antigua entidad financiera, la obra vuelve a quedar a la vista del público.

Bajo este contexto, el presidente de la Diputación, Francisco José Requejo ha explicado que la idea de la institución provincial era que "cualquier zamorano pudiera ver la obra", un objetivo compartido con el responsable de Cultura del equipo de Gobierno, Jesús María Prada, que ha subrayado que el cuadro era "como una leyenda urbana" que las nuevas generaciones de zamoranos no habían podido disfrutar.

Desde la Diputación han aclarado también que el cuadro, que se puede ver nada más acceder al recinto del teatro, contará en los próximos días con una iluminación específica que resaltará su imagen y cuyos detalles se acordarán con el propio Pedrero.

Por su parte, el autor, que ha estado acompañado por algunos de sus hermanos, que también aparecen en el cuadro, se ha mostrado "abrumado" por las referencias hacia su obra, y ha indicado que el friso "representa un compendio" de su vida y de su propia familia: "Ahora esta aquí para que lo contemple quien quiera", ha zanjado Antonio Pedrero.