La de este año estaba llamada a ser la Navidad en la que el sector hostelero zamorano experimentara un relance de su actividad después de la crisis del coronavirus. De hecho, la Navidad aún está llamada a cumplir ese papel. Sin embargo, las noticias sobre las nuevas variantes del coronavirus surgidas en Sudáfrica y las posibles nuevas restricciones, que ya se están aplicando en otras regiones del país, hacen que el sector tema, una vez más, lo peor.

No vamos a engañar. Tenemos miedo a que la situación cambie de la noche a la mañana y a que nos impidan trabajar con normalidad”, asegura el presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios de la Hostelería, Azehos. “Parece que no va a pasar nada, pero la situación es la que es”, apostilla el empresario en relación a la situación que se vive en otros territorios del país.

La hostelería, vista la situación, pide a la Junta “claridad” y que “mande un mensaje contundente” que “espante cualquier fantasma de restricción” en las futuras fiestas. Los negocios, indica Somoza, hacen ya acopio de género para los días más señalados de la Navidad, comenzando por el Puente de la Constitución, ya a la vuelta de la esquina. “No es la primera vez que el género se nos echa a perder porque se aprueban restricciones de un día para otro”, añade el representante de los hosteleros zamoranos. Esto se traduciría en nuevas y mayores pérdidas, indican los hosteleros, que recuerdan que “ninguna de las restricciones aprobadas hasta la fecha ha tenido contraprestación” para los negocios.

Con este panorama se enfrenta al sector a la que es la primera piedra de toque para conocer el rumbo que llevará la Navidad: las cenas de empresa. Las reservas han funcionado a muy buen ritmo durante las últimas semanas pero la actividad se ha detenido en los últimos días. “Puede ser también porque los interesados ya hayan reservado”, añaden las mismas fuentes. Aunque pocas, sí que se ha producido alguna cancelación, fundamentalmente en cenas en las que iban a juntarse decenas de compañeros, ligadas algunas a la administración pública.

Por lo demás, el sector sigue mostrándose tajante contra el planteamiento que hacen otras regiones de exigir el Pasaporte COVID a los clientes de la hostelería. Somoza considera que, en el caso de Zamora, la medida sería de muy difícil ejecución. “Nosotros no somos policías, no podemos dedicarnos a pedir el pasaporte a todas las personas que entran a los bares”, asegura el empresario.

La hostelería ha sido uno de los sectores más castigados por la pandemia, como todos los que de una u otra manera están ligados al ocio. Los negocios del ramo han soportado restricciones de forma generalizada hasta la llegada del verano, cuando por fin se pudo consumir en barra por la caída de la incidencia, y cuando se recuperaron los aforos. Con todo, con los interiores ya abiertos, los bares y restaurantes han conseguido que el Ayuntamiento amplíe a todo el invierno la licencia para las terrazas que se encuentran en plazas de aparcamiento regulado, que podrán estar operativas incluso en los meses más fríos del año. “Es un hecho que muchos clientes prefieren estar fuera. La pandemia ha cambiado los hábitos de consumo y las terrazas son necesarias ahora todo el año”, dicen desde el sector.