Inspirado en las mascarillas que nos enmascaran desde hace meses y a raíz de una conversación en torno a este planteamiento el diseñador gráfico Pifa Montgomery, seudónimo profesional de Óscar Méndez San Frutos, comenzó un arduo trabajo que presenta mañana miércoles a las 19.30 horas en el salón plenos de la Diputación, el libro “Mascaradas de infierno”.

El diseñador gráfico confiesa que “siempre me habían llamado la atención las mascaradas por el folclore que las rodea, pero no las conocía”. Poco a poco el zamorano comenzó a documentarse sobre estas manifestaciones ancestrales y a dibujarlas interesándose más por el lado demoníaco. Y es que Pifa Montgomery ha optado por ilustraciones desde el punto de vista distinto. Ha optado por “cómo hubiera representado estos diablos o monstruos” a través de la narración de alguien que los hubiera visto cuando surgieron.

“Tenía claro que iba a dar un nuevo toque, pero desde el respeto más absoluto”, enfatiza el ilustrador que ha buceado en el motivo de emplear unos colores u otros en las vestimentas y adornos para evitar “cometer errores en los detalles” en una serie de dibujos que seducen y atrapan nada más verlos.

Sobre el amplio abanico de ejemplos que atesora la provincia, el dibujante se decantó por trece mascaradas e incluso durante el proceso de gestación de la publicación tuvo “la sorpresa de conocer el Toro de fuego de Morales de Valverde que un grupo de personas está intentado recuperar”, concreta este diseñador gráfico que realizó los primeros bocetos e ilustraciones en septiembre del pasado año con rotuladores y bolígrafo para, meses después, proseguir la jera con una tableta gráfica, lo que le hizo cambiar su manera de dibujar.

Cuando ya contaba con una cifra considerable de ilustraciones realizadas en su tiempo libre, Pifa Montgomery comenzó a plantearse la posibilidad de editar su propio libro, un campo que conoce a la perfección dado que profesionalmente ha maquetado muchas publicaciones para sus clientes. Y dicho y hecho. Engarzó los dibujos, imprimió diez ejemplares y con un dossier explicativo y acompañado de su compañero de estudio, Gonzalo Piorno, llamó a las puertas de la Diputación de Zamora, posteriormente de la Editorial Semuret y de la Fundación Caja Rural que se unieron para que “Mascaradas de infierno” vea la luz.

El volumen cuenta con una atractiva portada en la que el creador presenta al Zangarrón de Montamarta y su particular interpretación. Le sigue un breve texto sobre el origen de estas manifestaciones invernales acompañadas de varias ilustraciones, entre ellas una donde evidencia la filosofía de su dibujos al presentar una careta divida en dos parte, una la que ven los demás y otra la que él percibe, una parte más diabólica.

Una frase del escritor David Refoyo acompañada de un diablo enlaza con una introducción y el corpus, donde tienen cabida, entre otros, los Zangarrones de Montamarta y de Sanzoles, el Tafarrón de Pozuelo de Tábara, el Birria de Tábara, la Vaquilla de Palacios del Pan o los Cencerros del carnaval de Villanueva de Valrojo donde sigue el esquema de descripción general escoltada por su particular visión a lo que se sucede un texto y un dibujo didáctico de la mascarada en cuestión. A mayores, el libro cuenta con un relato de David Refoyo, escrito a partir de varias representaciones de Montgomery, un mapa donde se detalla la ubicación de cada mascarada y la presencia de esta tradición el arte contemporáneo. En este apartado recoge cómo estas manifestaciones ha protagonizado murales en la capital, un videoclips de El lado oscuro de la broca o esculturas realizadas por José Javier Sánchez.

El autor, que dedica el libro a las víctimas y a todos los sanitarios que lucharon y luchan contra el COVID, confiesa que la obra “es, simplemente, una representación artística de las mascaradas” para que el público “se familiarice o las perciba de una manera diferente y, como yo, las estudie para saber más de un patrimonio inmaterial”.