“Caminar todos juntos, instituciones, agentes sociales, sociedad, aunar esfuerzos para paliar y para erradicar este problema”. Es la mejor arma para luchar contra la violencia de género, a juicio del subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, que lanza el mensaje de la importancia de la educación como la herramienta fundamental para resolver el problema a largo plazo junto con la denuncia inmediata de las propias víctimas, familiares y allegados.

–Llevamos años con el problema visibilizado, y con herramientas legales, policiales y de apoyo a las víctimas, pero parece que no acabamos de ver un descenso de este fenómeno. ¿Qué está pasando?

–El fenómeno de la violencia de género es complejo, tiene muchas más aristas y todavía es más complicado por las variables que se conjugan en el mundo rural. Por ejemplo las mujeres de más de 65 años son muy reacias a denunciar. Tenemos un caso de una mujer de más de 80 años que ha presentado una denuncia y es absolutamente excepcional. Y está el tema de la vergüenza, el miedo, el apoyo social y eso hace que la mujer coja miedo, no sepa qué hacer y adonde ir. Y si ya es complejo en la ciudad que la mujer dé el paso, en el mundo rural todavía es más difícil.

–Y después de la denuncia tiene que haber una respuesta a la víctima.

–Por supuesto, a la víctima a la que pedimos que denuncie no podemos nunca defraudarla. Una vez que ha dado ese paso el sistema tiene que apoyarla en todo momento, con un apoyo integral desde el principio hasta el fin. Hoy tenemos un dato del teléfono 016, por ejemplo, en el mes de septiembre Zamora es con mucho la provincia de Castilla y León que mas aumenta el número de llamadas comparado con septiembre del año pasado, un 130% más, seguida de Palencia con un 40% más. No es mala señal, sino buena, pero es cierto que todavía nos queda mucho camino por recorrer.

–¿Qué tipo de denuncias son las más frecuentes?

–Hay un poco de todo, parejas, exparejas, etcétera. Pero en el tema de las denuncias tenemos 145 sobre mitad del año y si seguimos a este ritmo serían más o menos como las del año pasado. Y hay un problema ahora con el quebrantamiento de condenas. A veces por resolución judicial se impone una distancia y hay más de 50 denuncias de quebrantamientos de condena. Porque tenemos whatsapp, redes sociales, con lo cual el agresor rompe la relación con la víctima, se pone en contacto con ella. El tema de las distancias, en una ciudad pequeña, es complicado a veces mantenerlas. Parece que tenemos solo un instrumento activado, tenemos un dispositivo electrónico este año activo, creo que en los últimos años no había ninguno. En Viogen (el sistema de seguimiento integral en los casos de violencia de género) tenemos 179 casos, entre las cuales hay tres o cuatro menores de 18 años. La víctima suele ser una mujer entre 25 y 45 años, agredida por su pareja, y baja muchísimo en mayores de 65 años, el mundo rural está más envejecido. Tenemos también el problema de los niños: se registran en España 44 niños fallecidos por el tema de la violencia y más de 230 huérfanos.

–¿Y en Zamora?

–En Zamora tuvimos un huérfano menor de edad, de la mujer asesinada en 2008 y ha habido dos asesinatos, ese y el de Leticia Rosino en 2018. Esta semana hemos estado también muy afectados porque el juicio celebrado en Huelva nos ha traído otra vez el caso de Laura Luelmo, que ha sido sin duda el momento más difícil para mi como subdelegado del Gobierno, porque conocía a Laura, su familia. Y mira que han pasado cosas, con el confinamiento y todo lo derivado de la pandemia.

–El acto conmemorativo de esta mañana es conjunto. ¿Funciona la colaboración institucional en este campo?

–Es verdad que en este tema hay unidad total de todas las administraciones. Hay un acto en la Diputación a las 10 de la mañana, el año pasado lo organizó el Ayuntamiento de Zamora, hace dos años la Junta de Castilla y León y el año que viene nos corresponde a nosotros. Hay sintonía total, todos tenemos que participar y hacemos nuestro trabajo. Y valoro mucho el trabajo que hacen la Guardia Civil y la Policía Nacional, que siempre han tenido una sensibilidad especial que ahora además se completa con formación para atender a una víctima, con lo que se da una respuesta muy buena a las víctimas.

–¿Ustedes cuentan fundamentalmente con las unidades especificas de policía y Guardia Civil, la Ufam y la Emume?

—Sí, pero además todos los policías y guardias civiles tienen una sensibilidad especial. Lo que hemos hecho ha sido formar al máximo número de agentes posibles, incluidos también los de la Policía Local, porque las tenemos también con nosotros y más ahora que hemos firmado los convenios Viogen con Zamora, Toro, Benavente y con el policía de Puebla de Sanabria. Ha sido un avance muy importante entrar todos en Viogen porque vamos a dar una mejor protección, un mejor seguimiento, un análisis de riesgo con toda la información que da el sistema. La coordinación es fundamental. Para que se haga una idea este año hemos tenido seis casos de riesgo extremo. Ahora no tenemos ninguno.

–¿La pandemia ha influido a mejor o peor en este fenómeno?

–Yo creo que mejor no está. Las víctimas de violencia de género son de los colectivos que peor lo pasaron en el confinamiento, porque tuvieron que sufrir estar 24 horas al día con su potencial agresor, eso es un sufrimiento que no tiene límites. Creo que no ha mejorado con la pandemia la situación por parte del agresor. Pero sí ha mejorado por parte de la víctima. Cuesta mucho trabajo dar el primer paso pero ahora lo inaguantable de la situación lo ha propiciado, y hay muchas ocasiones en que son los familiares y allegados los que dan el primer paso. De las llamadas al 016 más o menos el 75% son de las víctimas y 25% allegados y familiares. La víctima ahora mismo cree más en el sistema, tiene que haber más campañas de concienciación, información. Pero yo sí veo la mejoría de la víctima. Pero la conducta del agresor, que nunca ha sido buena, no va a mejor.

–Por eso hay que incidir en el marco de la educación.

–El tema de los jóvenes es fundamental. Es importantísimo el trabajo que se hace desde Educación. Y por nuestra parte, Policía y Guardia Civil, que también van a los colegios para que los niños y niñas nos vean como amigos, alguien que te puede ayudar. Tenemos el caso que se dio el año pasado en Zamora de un caso que pudo llegar a más y una niña de 8 años fue capaz de llamar a 112 porque era un número que había retenido en unas charlas que dieron en clases.